9 JUNIO 2020

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ACROS 100
Fecha de diario
2020-06-09
Referencia
9370

DIGRESIÓN SEIS. Mommy, Canada (2014). Guion y dirección: Xavier Dolan. Intérpretes: Anne Dorval, Antoine-Olivier Pilo, Suzanne Clément, Alexandre Goyette, Patrick Huard.
No conocía a Xavier Dolan, lo que dice de mi escasa información sobre los nuevos talentos en cine. Dolan anonada y sobrecoge con esta película. Todo en ella es conmovedor. Los personajes, los tres: la madre (Diane), el hijo (Steve), y la vecina (Kila) acumulan tanta soledad, desesperación y necesidad de ser amados que nada más empezar te colocas a su lado e intentas amarlos desde el otro lado de la pantalla. Miras lo que hacen, cómo se relacionan volcánicamente entre ellos y consigo mismos, cómo vibran y manejan a duras penas sus incontenibles emociones. La mirada se queda prendida en la pantalla, fascinada, hipnotizada por el insondable e inabarcable misterio que contiene su naturaleza. Tienen una infinita capacidad para sufrir, sentir, soñar, desear, amar, desde el conflicto infinito y la impotencia más desoladora. Dolan, con tan solo veinticinco años, es capaz de destapar esa caja de truenos emocional y mostrarla con una capacidad expresiva y formal que abruma. El desarrollo narrativo es impecable, técnicamente asombroso e interpretativamente insuperable. Hay momentos, secuencias, en los que la cámara sigue el desarrollo de la acción con una crudeza y verosimilitud virtuosa, perfecta. Nunca había visto una película en formato vertical; a priori, de haberlo sabido, habría tenido reservas (un prejuicio más), sin embargo, funciona increíblemente bien, es más, concentra y focaliza eficazmente la tensión dramática. No hay margen para la distracción, el formato te empuja brutalmente al centro mismo de lo que sucede en pantalla, que es mucho. Técnicamente, también me ha impresionado el tempo y la dosificación del desarrollo: cuando parece que no vas a poder continuar, Dolan afloja y te da un respiro para, poco después, tensar y tensar, y así todo el tiempo, como en una vertiginosa montaña rusa de más de dos horas (no sobra un solo minuto). Los últimos veinte minutos te dejan sin aliento. Deslumbrante.

Pepe Fuentes ·