30 AGOSTO 2020

© 2020 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2020
Localizacion
TV. Akik maradtak, de Barnabás Tóth (2019)
Soporte de imagen
DIGITAL 8000
Fecha de diario
2020-08-30
Referencia
8543

DIGRESIÓN SIETE. Akik maradtak (Los que quedaron). Hungría (2019). Guion: Klára Muhi, Barnabás Tóth (Novela Zuzsa F. Várkonyi). Dirección Barnabás Tóth. Intérpretes: Károly Hajduk, Abigel Szöke, Mari Nagy, Barnabás Horkav, Katalin Simkó, Andor Lukáts, Judit Maorsvölgyi, Zsolt Zayzon.
Una historia de postguerra en un país abocado al asfixiante comunismo y a la tristeza cotidiana que tiene que absorber la terrible tragedia del holocausto que arrastró a muchos judíos húngaros a los campos de exterminio. Al final, los protagonistas, un encantador pequeño grupo familiar de aluvión o, dicho de otro modo, nadie pertenece al mismo tronco genético: seis personas que se han ido juntando y terminan queriéndose mucho porque todos se sienten unidos por la tragedia: cónyuges, padres, hijos, hermanos muertos. Demasiados muertos como consecuencia de la mayor desgracia que ha soportado la humanidad en su historia. Todavía no saben que les espera una tétrica época que durará en torno a cuarenta y cinco años. Ingenuamente, celebran alborozados la noticia de la muerte de Stalin (1953) pensando que se aclararía el panorama de sus necesarias libertades, que las nubes se disolverían, y el sol, por fin, luciría. Pobres ingenuos. Pero, esas circunstancias no son lo más importante en esta historia tan íntima, tan sensible, tan personal; lo que resulta vibrante es observar cómo la cámara se acerca con delicadeza y silencio a las vidas de Aldo (médico ginecólogo de mediana edad que se ha quedado solo, que lo ha perdido todo, que se encuentra cautivo de una pena que no acaba nunca, inconsolable) y de una niña adolescente, Klára, que igualmente está sola (toda su familia murió, salvo una tía indirecta que la acoge. Pero Klára, sumamente inteligente e intuitiva, elige a Aldo como sustituto de su padre y de toda su familia). El solitario y tristísimo médico se convierte, aunque al principio se muestra renuente a asumir esa responsabilidad, en referente afectivo y tabla de salvación de Klára y de sí mismo. Entre ellos prende un extraño amor, indefinible y absoluto. He visto pocos momentos tan sutiles y expresivos en cine como cuando, ambos, asustados por las razias comunistas en plena noche, se abrazan y descubren que un deseo abrasador se manifiesta entre ellos y, asustados ante la imposibilidad, se separan turbados. La cámara se acerca, desde una discreta distancia, al pequeño grupo creado accidental y azarosamente: Olgi, la tía de Klára; la enfermera de Aldo; Pepe, el novio de Klára; y la nueva esposa de Aldo. Se apretujan unos con otros para poder soportar un pasado que todavía les tortura  mientras se adentran en la oscura cueva de la maldita dictadura bolchevique. Menos mal que todavía nos quedan películas intimistas, sentidas, verdaderas y emocionantes hechas en países inesperados.

Pepe Fuentes ·