23 SEPTIEMBRE 2020

© 2020 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2020
Localizacion
TV. Película:RETABLO, de Álvaro Delgado Aparicio
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2020-09-23
Referencia
8996

DIGRESIÓN QUINCE. Retablo. Perú (2017). Guion: Álvaro Delgado Aparicio y Héctor Gálvez. Dirección: Álvaro Delgado Aparicio. Intérpretes: Junior Béjar, Amiel Cayo, Magaly Solier.
A veces me pregunto para qué hago estas crónicas cinematográficas que carecen de cualquier fin o utilidad (salvo para seguir rellenando días de diario), ya que no serán leídas nunca por nadie. Después de ver esta película (y algunas otras, no muchas) puedo responderme que tiene todo el sentido del mundo ya que es un modo, a mí manera, de homenajear a los autores de obras que me gustan (el que esos artistas no lo sepan nunca carece de importancia). Además, prefiero dejar testimonio escrito y gráfico de lo que ha llenado mi tiempo con sentido y placer y así dar algo de textura vivencial a mi banal vida cotidiana. Mejor que lo hecho y disfrutado quede dicho. La película: Segundo Paucar es un adolescente de catorce años que aprende el oficio de retablista con su padre, Noé. Viven en la zona andina de Ayacuyo, donde son típicos pequeños y bellísimos retablos naif de madera que escenifican a personajes particulares en su entorno familiar, o motivos religiosos, o culturales, decorados con sencillas y coloristas pinturas. Ambos se quieren sentidamente y comparten la vida austera y humilde de la montaña, junto con la madre que se mantiene en segundo plano. La vida de la familia es tranquila y aplicada. Padre e hijo se desplazan, de vez en cuando, a los pueblos de la zona para vender sus retablos. Lo hacen andando y en camionetas que paran o les recogen en los caminos. Segundo, en uno de esos viajes, descubre que Noé tiene un contacto sexual con el conductor, en la cabina. A partir de ahí su mundo se desmorona estrepitosamente. Lo vive calladamente en un proceso desgarrador. La venerada imagen de su padre se descompone. Poco después, las gentes del pueblo descubren la homosexualidad de Noé (al parecer lo pillan in fraganti), y reaccionan agrediéndole salvajemente, dejándolo al borde de la muerte. Una vez más la intransigencia, las férreas tradiciones y la alienación popular, alentada por un catolicismo asfixiante, muestra su despreciable semblante. Todo el pueblo les da la espalda, e incluso los chicos de la edad de Segundo se burlan de él y lo agreden. La película alcanza el culmen, la máxima intensidad, a partir de que a Segundo Paucar se le abre la tierra bajo sus pies y se ve obligado a iniciar una dolorosa epifanía de asunción de un hecho para él incomprensible. Del sufrimiento emerge un grandísimo personaje que crece y crece desde sus perplejos y sufrientes silencios. Desde un visceral primer rechazo hacia Noé, inexpresado, se impone el respeto y el amor que Segundo siente hacia su padre, a pesar de quedarse solo frente a la tragedia (la madre abandona la casa nada más saber lo sucedido), cuidándole hasta el final. Muestra, además, aspectos antropológicos, sociológicos y culturales (aparecen detalles de las fiestas populares de la zona, bailes y trajes tradicionales). Me merece el más entusiasta elogio la bellísima, sutil y honda manera de contar y filmar de Álvaro Delgado Aparicio (del que nada sé). Cada una de las circunstancias cotidianas, vitales, y afectivas que viven padre e hijo se desarrollan con una precisión formal, tempo narrativo exacto y vibrante textura emotiva. Para mostrar las mayores complejidades del alma humana no es preciso adentrarse en vericuetos y laberinticos escorzos narrativos. Sublime película, de las mejores que he visto en mucho tiempo.

Pepe Fuentes ·