26 SEPTIEMBRE 2020

DIGRESIÓN DIECIOCHO. Eternal Sunshine of the Spotless Mind (Olvídate de mí). EE.UU, (2004). Guion: Charlie Kaufman, Michel Gondry y Pierre Bismuth. Dirección Michel Gondry. Intérpretes: Jim Carrey, Kate Winslet, Kirsten Dunst, Mark Ruffalo, Elijah Wood, Tom Wilkinson, Thomas Jay Ryan, Gerry Robert Byrne.
Película multipremiada y alabada por la crítica que no me ha entusiasmado. El otro día vimos la película de Kaufman de la que hablé ayer y nos percatamos de que era el guionista de ésta, y claro, como nos gustó tanto y dado que somos cinéfilos aficionados, al día siguiente nos apresuramos a ver la que comento hoy. Lo gracioso del asunto es que ya la habíamos visto y no nos acordábamos de casi nada, luego nuestra supuesta cinefilia es de pega. Lo importante del apasionado ejercicio de relectura es que el planteamiento que desarrolla la historia es interesantísimo: el borrado de la memoria, en este caso, sentimental y unipersonal (olvidar a una persona con la que mantienes un vínculo potente, para bien o para mal). Kaufman-Gondry se empeñan, y consiguen crear una narración montaña rusa, de idas y venidas en el tiempo y los sentimientos, que resulta en algunos momentos tediosa y confusa. Los personajes interpretados por Carrey y Winslet, se quieren, pero se odian, se odian pero se quieren, y finalmente parece que consiguen romper todas las barreras espacio temporales, con momentos estéticamente interesantes. No obstante, me pareció una película insuficiente en la medida y razón de que me aburrí bastante. Los intérpretes muy bien, defienden con ganas una narración difícilmente sostenible (especialmente Jim Carrey). Mientras la veía no pude dejar de imaginarme como sería un borrado de la memoria general (no aplicable tan solo a una persona), o al menos de todas las cosas desagradables de la vida, claro que entonces yo me quedaría bastante vacío, como si no hubiera vivido, y así tampoco vale.