25 SEPTIEMBRE 2020

© 2020 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2020
Localizacion
TV. Película Estoy pensando en dejarlo, de Charlie Kaufman
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2020-09-25
Referencia
5861

DIGRESIÓN DIECISIETE. I’m Thinking of Ending Things (Estoy pensando en dejarlo). EE.UU (2020). Guion y dirección: Charlie Kaufman (Novela: Ian Reid). Intérpretes: Jessie Buckley, Jesse Plemons, Toni Collete, David Thewlis, Guy Boyd, Colby Minifie, Jason Ralph, Abby Quin.
En la primera parte de la película, la voz en off de la protagonista, confesando sus inquietudes y dudas, repite una y otra vez: “estoy pensando en dejarlo”;  se refiere a la relación que mantiene, desde hace unas seis semanas, con su novio. Viajan hasta la granja de los padres de él, para que la novia dubitativa los conozca. Ha comenzado a nevar y la conversación de ambos en el coche no es nada fluida y mucho menos ilusionada. Cuando llegan, aparecen los padres y un perro sonajero que se sacude como si fuera presa de un ataque epiléptico. A partir de ese momento, todo lo que ocurre es una sucesión de situaciones inverosímiles y tan geniales como divertidas; por ejemplo: el diálogo, mientras comen, entre el padre y la chica sobre arte, sobre el realismo en pintura y lo que se puede entender o no, es decir, el padre concluye que si el arte no lo entiende no le sirve de nada. Kaufman abandona la narración lineal y comienza a jugar con el tiempo, adelante y atrás, hacia los lados, arriba y abajo. La fatídica afirmación que da título a la historia desaparece de los labios de la novia, pero el distanciamiento entre ambos se hace sideral, siempre con los padres de referentes vivenciales, que van y vienen del presente al pasado y al futuro. A partir de la mitad del metraje es cuando Kaufman se muestra brillante a través de unas puestas en escena surrealistas, inverosímiles, pero bellísimas. Es memorable la parada en una heladería en plena noche en medio de la nada, mientras cae una copiosa nevada, con tres mujeres jóvenes atendiendo la heladería y dos de ellas riendo sin motivo ni razón aparente. La historia se desliza suavemente hasta una ceremonia final en un auditorio donde se representa la entrega de un importante premio al novio, viejo ya. Todos los tiempos mezclados con originalidad y quizá poco sentido. El dilema del amor o el desamor, o mejor dicho, la imposibilidad del amor que parecía que sería el núcleo de la historia, afortunadamente desparece del primer plano, para contar otras cosas, infinitamente más chispeantes e interesantes. Cuando desparecen las referencias al tiempo lineal es cuando la película se hace más intensamente gozosa. Kaufman, en esta historia, emite un fuerte y fascinante haz de luz surrealista y bellísimo.

Pepe Fuentes ·