29 OCTUBRE 2020

© 2020 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2020
Localizacion
TV. Película: La profesora de piano, de Jan Ole Gerster
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2020-10-29
Referencia
9578

DIGRESIÓN ONCE. Lara (La profesora de piano). Alemania (2019). Guion: Blaz Kutin. Dirección: Jan Ole Gerster. Intérpretes: Corinna Harfouch, Tom Schilling, Volkmar Kleinert, André Jung, Gudrun Ritter, Rainer Bock.
Lara tiene una cara tan desabrida como nunca había visto en cine (que recuerde). No, no es una mujer de mal aspecto, sino que compone un gesto de una seriedad y antipatía difícilmente soportable. Su semblante es la expresión misma de la amargura. Todo lo que nos cuenta la película sucede a lo largo de veinticuatro horas, de la mañana a la noche. Lara cumple sesenta años y en ese larguísimo día le suceden muchas cosas, todas ellas esenciales; a través de todos esos hechos, aparentemente circunstanciales, llegamos a saber mucho de su vida, de toda su vida. Jan Ole Gerster es capaz, tan solo siguiéndola con la cámara y dejándola sola en encuadres escuetos y directos, de presentarnos a una mujer con una inmensa capacidad para apasionarse (parece). Los cortos y concentrados diálogos, apenas esbozos de conversaciones imposibles, contienen toda la información sobre cómo ha sido su vida y su fracaso, su inmensa decepción vital y existencial. Los personajes que se mueven a su alrededor, también dañados, transmiten muchísimo de sus propios tormentos tan solo con miradas, expresiones y muy pocas palabras (el hijo, el exmarido, la madre, el vecino, el malvado profesor de piano). Para aliviarnos de un triste desconcierto, Ole Gerster nos da una clave, una especie de piedra Rosetta para atisbar una posible explicación a la desolación de toda una vida: algo que le dijo alguien que ejercía poder sobre ella en la adolescencia. Es el pavoroso poder que tienen las palabras cuando aún estamos tiernos. Las palabras pueden salvarnos y también destruirnos. Su poder es omnímodo. Hay que tener cuidado con las palabras que dejamos entrar en nosotros en la infancia (después también). A mí, esas prevenciones ya me dan bastante igual, claro. Los viejos deberíamos estar curados de la peligrosa perversión de las palabras. Película grande e intensa por muchos, muchos aspectos.

Pepe Fuentes ·