EL MAPA DE LOS DÍAS
2. MARTES (1 de Diciembre)
Hoy, reflexiones autoafirmativas sin fundamento en mi paseo de muy de mañana (como ayer). Por ejemplo, de pronto y sin previo aviso de que se avecinaba una nadería, se me ha ocurrido pensar que –en las vidas sin importancia– lo esencial siempre está en otro sitio, en lo impremeditado, en todo aquello en lo que no nos damos ni cuenta. En mi caso, solo me ocupo de las cosas que me permiten ir tirando, pero lo que no sé es si eso es lo verdadero y auténticamente apropiado para mí, o lo que más me convendría está en otra parte. Sí, yo voy tirando, sobre todo con mi New Age fotográfica, que tanto me entretiene. Me consuelo pensando en aquello que decía Woody Allen en una de sus películas: “a cada uno lo que le sirva”, o algo parecido. En cuanto a la tan manoseada New Age fotográfica, estoy pensando en revisar los revelados de todas mis fotografías e iniciar un riguroso proceso de adelgazamiento (hay en el conjunto de ellas demasiadas adiposidades y flacideces). Toda esa titánica actividad me llevaría tal vez unos años, pero me vendría muy bien para pasar este tiempo de triste languidecimiento que se me viene encima, ocupado y soñando en que lo que hago es importante (que no lo es en absoluto). Cuando termine, cansado de tanto cansarme, ya será hora de la despedida.
La fotografía (de la serie Miscelánea, de uno de los capítulos performativos): Curiosamente, esta fotografía tiene exactamente cuarenta años (1980) y está realizada un domingo por la mañana, cuando recorría localizaciones próximas a mi memoria infantil y me fotografiaba en ellas, no sé si para exorcizar un pasado no muy feliz o para intentar por todos los medios aprender a expresarme fotográficamente. Tengo la desconcertante sensación que nada de lo mío ha cambiado en tanto tiempo. Sigo haciendo infelizmente lo mismo.