EL MAPA DE LOS DÍAS
5. VIERNES (4 de Diciembre).
Otra vez al mismo sitio, también con la cámara. El paseo es largo, casi cuatro kilómetros de ida y los mismos de vuelta. Al final del cuarto kilómetro me encontré con los restos de una merienda donde se consumió bastante alcohol a juzgar por la profusión de botellas. La performance campestre podría titularse como la obra de Fernando Arrabal: Pícnic en el campo de batalla, ya que ahora estamos inmersos en una especie de distopía pandémica que está ocasionando una gran mortandad sin armas. Merece la pena recordar una frase de la obra, aunque solo sea para esbozar una leve y triste sonrisa: «Sí, es que disparo sin mirar. (Pausa). De todas formas, disparo muy poco. Y cada vez que disparo, rezo un Padrenuestro por el tío que he matado». Me pareció que el escenario merecía una recreación y me dispuse a fotografiar.
La fotografía -Pícnic en un campo de almendros abandonados en época de infernal pandemia-
Coloqué la cámara en el trípode, hice apenas algunos
retoques en el atrezo, ya que todo estaba como se ve, y giré alrededor de la mesa componiendo mis “creativas variables sobre el tema”. Terminé y me largué porque hacía bastante frío.