EL MAPA DE LOS DÍAS
10. MIÉRCOLES 1 (9 de Diciembre).
Volvimos en dirección noreste. Habíamos dejado indagaciones estéticas pendientes el día anterior. Primero dimos una vuelta por la estación de ferrocarril de Castillejo-Añover, abandonada y tapiada. Por sus vías, frente a la fachada del andén principal, aún pasan trenes con destino desconocido. Son trenes fantasmales y fugaces que no reducen la velocidad al pasar frente a la estación. Es una experiencia sorprendentemente frustrante y triste, encontrarte en un andén desolado y ver pasar un tren a gran velocidad y perderse a lo lejos. Ni siquiera alcanzas a ver viajeros detrás de las ventanillas. Toda una metáfora. Eso nos pasó en esta mañana. Hace no mucho tiempo se podía acceder al interior del edificio, ahora no, todas las puertas las han tapiado. El edificio de dos plantas es arquitectónicamente interesante (muchas de las estaciones de la época, construidas en los años veinte, eran neomudéjares): de ladrillo rojo, con dinteles de piedra y marquesinas de hierro forjado. Las estaciones, abandonadas, silenciosas, solitarias, poco a poco se desmoronan desde las cubiertas, la parte débil de los edificios abandonados, y se hunden sin remisión (otra metáfora).
La fotografía: Hice varias fotografías, del solitario andén, corroído y tristísimo, y esta, la de hoy, que describe más ampliamente el edificio, con el nombre de la estación y todo. Quizá habría sido mejor alguna de las demás, pero dudé y acabé arrojándolas a la papelera (ya son irrecuperables). Antes, con los negativos, eso no me pasaba, guardaba todos los revelados.