EL MAPA DE LOS DÍAS
24. MIÉRCOLES (20 de Enero de 2021)
Me desperté a las siete. Bajé de la cama, doblado por unas insoportables punzadas en la espalda que me llevan del lamento hasta casi el grito y, desde luego, hasta dejarme paralizado. Me temo que los dolores han llegado a mi cuerpo para quedarse. La nieve helada sigue fuera, en mi barrio y en mi particular campo de cultivo de malos espíritus. Odiosa. A las nueve, más o menos, me instalé en mi cheslong de perpetrar estupideces y la causa de mis agudos dolores de espalda, supongo. Bajé la persiana para no ver el dantesco y aterrador espectáculo de nieve por doquier. Ha empezado a ceder catorce días después. Cambié de asuntos de preocupación, para continuar con una tarea que comencé hace dos meses: reordenar todas las fotografías que componen las series de esta web y, consecuentemente, las series mismas: una enrevesada y confusa construcción compuesta por más de seis mil pequeñas piezas (fotografías) que resulta imposible de visualizar sin caer en la desesperación y la impotencia. La descomunal tarea, de proporciones imposibles, no es otra cosa que una compulsiva paranoia que no me conduce a ningún sitio, salvo a asesinar mi tiempo impunemente. El único precio que pago por semejante conducta autolesiva es que me miro con sospecha y un cierto resentimiento…
La fotografía: Ante el comienzo del deshielo, los espíritus de la nieve, entregados a su mala suerte e inmediata extinción, en un ingente e informe amontonamiento de carnes tumefactas y cráneos hundidos. Su coloración ha ido mutando hasta adquirir un desagradable tono zombi que da miedo.