DIARIO DE LA GANA Y LA DESGANA 10.
Lunes, quince de febrero de dos mil veintiuno.
Al igual que el anterior bloque de entradas de diario, el de las otras cosas, también hacía bastante tiempo que no frecuentaba este apartado. No, no me gustaría que se muriera ninguna de las líneas de confidencias abiertas (cinco o seis, por el momento).
El caso es que la gana y la desgana se mezclan constantemente, incluso en un mismo día. Como le pasa a todo el mundo, supongo.
Por ejemplo, en cuanto a lecturas: en estos días he pasado de un gran entusiasmo hacia una autora americana que no conocía de nada, Anne Tyler (lo que dice de mi proverbial incultura, porque es una reconocida y aclamada escritora) con la lectura de su última obra publicada, Una sala llena de corazones rotos (de la que no publicaré mi crónica habitual), a la más decepcionante desgana con una de sus obras más celebradas, El baile del reloj, que he tenido que abandonar por puro aburrimiento. Prolijas descripciones de la más aplastante y vulgar cotidianidad doméstica. No sé si lo intentaré con alguna otra de sus novelas, tiene muchas publicadas con unos títulos estupendos y tremendamente sugestivos: El turista accidental, de la que Lawrence Kasdan hizo una buena película en los ochenta; Reunión en el restaurante nostalgia (con ese título, cómo no probar a leerla); Ejercicios respiratorios, premio Pulitzer 1989; El matrimonio amateur; El hombre que dijo adiós, y así hasta más de veinte. Todavía no he roto con ella, probaré un poco más. Ojalá me dé motivos para tener Ganas de leerla. La literatura afecta tremendamente a mi Gana y Desgana y todo depende siempre de mí, de mis buenas o malas elecciones, como todo en la vida.
La fotografía: Una de las últimas fotografías copiadas con mi ampliadora Beseler 23 CII, acabada con viraje al Cloruro de Oro, sobre papel baritado Ilford Galery. Siento pena de todo lo perdido irremisiblemente (mi laboratorio, sin ir más lejos), lo que está afectando a que el fiel de mi balanza de la Gana y Desgana vaya decantándose, cada día más, hacia el lado abúlico. Como no puede ser de otro modo, en la fotografía, alusiones al mundo de la lectura, aunque, eso sí, en un escenario azaroso y desganado.
18 FEBRERO 2021
© 2016 pepe fuentes