… UN DÍA EN TUCSON (hace ahora trece años) III
No sin algún esfuerzo encontramos la zona donde había varios cementerios. Los aviones se encontraban en largas filas en recintos cerrados, detrás de vallas metálicas. Era la típica situación que necesita gestión, la que yo no suelo hacer nunca. Sin embargo, Naty no estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad y, decidida, se dirigió a una especie de oficina de uno de ellos y expuso nuestras pretensiones a un tipo sentado detrás de una mesa, que parecía ser el jefe de la chatarrería aérea. Sorprendentemente, el individuo no puso ninguna objeción y nos invitó a pasar con toda naturalidad, sin la menor condición. Me encantó la disposición del jefe. Deambulamos y fotografiamos sin ninguna cortapisa o vigilancia. Cuando terminamos no sentimos obligados y ofrecimos al Jefe una compensación económica que él rechazó con determinación. Quizá cometimos una incorrección, pero fue lo que nos salió porque nos sentíamos agradecidos.
La Fotografía: Positivé algunas de las fotografías y las que más me gustaron las viré al cloruro de oro (mi viraje estrella). Otras no. Son fotografías que salvaría de un hipotético incendio o, dicho de otro modo, están en una improbable y muy exigente selección entre las miles de imágenes que he realizado a lo largo del tiempo.
3 JUNIO 2021
© 2008 pepe fuentes