17 JULIO 2021

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
pepe fuentes (Toledo)
Soporte de imagen
DIGITAL 50
Fecha de diario
2021-07-17
Referencia
9917

DICCIONARIO DEL TONTO

ENVEJECER: Hacer viejo a alguien o algo”. RAE
No salgo de mi asombro con esta definición de la Academia (sugiere la posibilidad de que alguien tenga la potestad de envejecer a otro, como si de cualquier Dios se tratara). A no ser que por la mera catalogación de otro uno se convierta en viejo: “ese es un viejo” y ya está, viejo eres y mucho más viejo serás mañana. No sé. Desde luego no han trabajado mucho la palabra, me parece.
Quizá no haya que hacer mucho caso a los académicos y no dramatizar. Más bien deberíamos tener siempre presente la máxima de Catón el Viejo: “Todos quieren alcanzarla, pero una vez alcanzada abominan de ella: esa es la inconsecuencia y la depravación de la idiotez”.
Acabo de leer el capítulo dedicado a la vejez en Sabiduría, de Michel Onfray (autor siempre interesante e inagotable) y he llegado a la conclusión, tutelado por el propio Onfray y por los autores clásicos que remueve (Catón El Viejo, Cicerón, Montaigne y otros, todos lúcidos, todos mayores, todos sabios) de que la única manera de enfrentar el fatídico hecho de envejecer es haciéndote tú mismo sabio.
Quizá es la única edad que permite que el mediocre acceda al prodigio de la sabiduría, sencillamente porque no queda más remedio, ya no habrá más edades y sabio hay que ser en algún momento de la vida, por las buenas o por las malas.
Antonio Gamoneda, otro viejo sabio, lo dice: “Así es la vejez: claridad sin descanso”.  En sus versos aparecen la blancura, la luz, la claridad, asociadas a ese prodigioso momento de la vida.
También Antonio Porchia, uno de los genios tutelares de este Diccionario del Tonto, lo sabe: “Si eres viejo y sabes ser viejo, ¡oh, cuánto sabes!”.
Enrique Vila Matas,
dice a propósito de alguno de sus personajes: “Y aún nada ni nadie ha podido convencerle de que envejecer tiene su gracia. ¿Y la tiene?”
Contesto yo: Sí, la tiene, sin duda alguna. Anteayer lo dudaba, es más, creo que lo negaba; hoy no, hoy estoy seguro de que es un magnífico momento porque observaré la vida desde la altura de la edad y me dará absolutamente igual la estupidez que hormiguea allá abajo, en un mundo con el que ya no tengo ningún compromiso ni responsabilidad. No sufrir nada y reír mucho. Eso es la felicidad, amigo mío.
Tan solo hay que acudir a la cita con la vejez confiadamente, nunca falla y no se hará esperar.
Resistirme y eludirla no es una buena idea: “No quererla es ir hacia una vejez que no nos querrá. Negarse a quererla es ser más querido aún por ella”. Michel Onfray
Ya que no estoy capacitado para elaborar un tratado sobre la vejez (soy un pensador que no piensa), podría pasarme todo el día citando a otros pensadores que sí piensan, pero no abusaré, solo una más, en clave abrumadora y desahogada: “Envejecer no es para nenazas”. Hanif Kureishi
La Fotografía:
Los demás, realmente, no pueden envejecer a nadie, a no ser por medio de la crueldad psicológica, pero esa posibilidad es dudosa y difícilmente demostrable. Sin embargo, yo, ayudándome de la –New Age fotográfica-, puedo transfigurarme y viajar en el tiempo, ser mi propio augur y casi mi propio Dios. Puedo, por ejemplo, contemplar mi cara dentro de diez años, y hacerlo como si nada, sin esfuerzo, cliqueando alegremente. Pura y fatal magia.

Pepe Fuentes ·