4 AGOSTO 2021

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL 2500
Fecha de diario
2021-08-04
Referencia
9964

EL MAPA DE LOS DÍAS

72. Miércoles, I (28 de Julio de 2021)
Llevo toda esta semana saliendo de mi casa a las seis y media de la madrugada a pasear, con Chuchi (no hay novedad en eso). Hacemos un recorrido fácil, por una senda que acompaña al río, poco antes de llegar a la ciudad. Unos días, por la mañana, avanzo cabreado, o tal vez disgustado. Supongo que me merezco ese horrible estado de ánimo. Otros días, ni fu ni fa. Y otros, animoso. Los  menos.
Hoy he decidido llevar la cámara por nada, para hacer alguna foto, de la que ya tengo multitud de versiones de esa misma zona. Mientras caminaba, confuso y desenfocado oía a La Barrachina (así la llamo yo, cariñosamente), conductora del programa cultural El ojo crítico, que sigo habitualmente. Menciono tanto el título del programa como de la directora porque ambos me parecen geniales. Sobre todo, ella, mujer muy inteligente, con capacidad de repentización y gran entrevistadora. Maneja cualquier registro cultural gracias a un vastísimo conocimiento de todo tipo de referentes que mezcla e incorpora con brillante naturalidad, como si nada. Un gusto. El programa es bueno porque ella hace que lo sea. La anterior versión, con un presentador imposible, sin gracia ni fundamento, vanidoso y entrometido (interrumpía constantemente a los invitados para hacerse presente él), tuve que dejar de oírla. Conclusión: son las personas las que hacen que algo funcione, independientemente del formato e intención. Sin el valor añadido que aportan personas formadas y empáticas no merece la pena dedicar un solo minuto a nada, en este caso, a programas radiofónicos.
Estoy soltando este rollo, quizá, tan solo para decir que hoy, a pesar de llevar la cámara y hacer alguna fotografía, fui y volví de muy mala leche, enfadado, aparentemente sin motivo ni razón…
La Fotografía: Un castillo. Está situado en la senda por la que camino con frecuencia, por las mañanas. Es significativo en mi vida porque viví en una casita, al lado, durante doce años. Mis padres más, ambos; y mi madre sola, vivió y trabajó para mantenerlo limpio durante treinta y un años, lo que me lleva a calcular, no sin tristeza, que lo barrió entero, más de mil ochocientas veces. Menuda mierda de vida, la de mi madre. Yo la ayudaba a veces, cuando era adolescente, y era una tarea que detestaba lo que me hizo odiar el maldito castillo de la foto de hoy. Nunca he intentado entrar para volver a verlo o rememorar tantas cosas que viví en él, después de tantos años. No, nunca volveré a entrar en ese sitio, en ese castillo o palacio (unas veces lo llaman de una forma y otras de otra). Nosotros, mi familia y yo mismo, siempre lo llamamos castillo.

Pepe Fuentes ·