7 AGOSTO 2021

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
TV. Película: Sin destino, de Lajos Koltai
Soporte de imagen
DIGITAL 5000
Fecha de diario
2021-08-07
Referencia
9966

DIGRESIÓN CUATRO: Sorstalanság (Fateless). Sin destino. Hungría (2005). Guion: Imre Kertész, a partir de novela homónima. Dirección: Lajos Koltai. Música: Ennio Morricone. Intérpretes: Endre Harkanyi, Marcell Nagy, Aron Dimeny, Andras M. Kecskes, József Gyabonka, Daniel Craig.
“Al parecer se trata de una historia semiautobiográfica sobre un niño judío de catorce años de Budapest que, en 1944, fue separado de su familia y enviado a los campos de Auschwitz y Buchhenwald”. Filmaffinity
Opera prima de Lajos Koltay, con música de Morricone, sobre una novela de Imre Kertesz.
Impresionante y sobrecogedora.
Consta de tres partes, la primera cuenta la vida cotidiana del niño protagonista en Budapest, la vida que lleva con su padre y su madrasta, que, aunque aparentemente apacible, está seriamente amenazada por la barbarie asesina nazi. Su padre es enviado a un campo. En este capítulo, narrado en primera persona por el niño, maduro e inteligente, se plantea que significa ser judío. Yo también me lo he preguntado muchas veces y nunca he encontrado una respuesta convincente. Sí, ya sabemos que son un tipo de personas de rasgos culturales muy marcados y una fuerte tendencia a significarse religiosamente. Salvo eso, y por lo demás, son perfectamente asimilables a cualquier europeo. Por eso siempre me ha asombrado, tontamente, cómo es que los malditos nazis los controlaron e identificaron con esa diabólica precisión. En esta primera parte hay una sutil y sugerente presentación de la historia, en la que se plantean preguntas de orden filosófico sobre la identidad y sus consecuencias.
La segunda parte desarrolla la experiencia de confinamiento y tortura del niño protagonista en los campos, junto a miles de judíos como él. Desde el primer minuto (esta parte ocupa los dos tercios de la película), el hiperrealismo de la narración duele mucho, hace daño porque es absolutamente creíble y escalofriante. La producción: escenarios, vestuario, actores (cientos de extras), fotografía, música y los muchos elementos que componen la representación transmiten una veracidad imposible de asimilar como cierta. Los traveling dentro de los barracones donde vivían hacinados cientos de prisioneros son estremecedores.
“Fueron las incomodidades, los golpes, el frío, la sed, lo que nos mantuvo a flote sobre una desesperación sin fondo, durante el viaje y después. No el deseo de vivir, ni una resignación consciente: porque son poco los hombres capaces de ello y nosotros no éramos sino una muestra de la humanidad más común”. Primo Levi
Finalmente, una vez finalizada la pesadilla, el muchacho torturado vuelve a un Budapest devastado. Ya no queda nada de lo que dejó cuando fue capturado. La ciudad es otra, él es otro, la vida es otra. Emotivo el reencuentro, pleno de tristeza, resignación, pero también esperanza porque la superior inteligencia del chico le lleva al único punto de partida posible: la vida sigue, inexorable y puntual y también luminosa.
La interpretación de Marcell Nagy, de catorce años en el momento del rodaje, es perfecta, emocionante, memorable. Película grande, grande.

Pepe Fuentes ·