1 SEPTIEMBRE 2021

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
pepe fuentes (Toledo)
Soporte de imagen
DIGITAL (100)
Fecha de diario
2021-09-01
Referencia
9995

CRÓNICA DE UN ALEJAMIENTO TRISTE Y ALEGRE AL MISMO TIEMPO
Capítulo 1.
Sin darnos cuenta, se nos había hecho de noche

“Me quedé en la cama toda la mañana para sólo pasar el tiempo
Hay algo mal aquí, no se puede negar
Uno de nosotros está cambiando
o quizás simplemente dejamos de intentarlo
Y es demasiado tarde, cariño, ahora es demasiado tarde
A pesar de que realmente lo intentamos
Algo dentro ha muerto
Y no puedo esconderlo y no puedo fingirlo…”
Carole King
Se nos había hecho muy tarde, casi sin darnos cuenta y a poco que hubiéramos continuado un rato más instalados en nuestro confort cotidiano, tan dulce y apacible, ya no habríamos tenido tiempo de poner fin a nuestra vida en común, que tantos momentos felices nos ofreció. Nada menos que treinta y un años de pasarlo bien juntos.
La última semana de Julio, nuestra convivencia diaria fue como siempre, perfectamente equilibrada: sin desacuerdos, discusiones, tensiones, miradas hacia otro mundo diferente al que compartíamos; sin embargo, algo distinto había en la atmósfera, algo se removía sordamente en nuestra conciencia. Ambos lo sabíamos, pero no acertábamos a poner las palabras adecuadas, tal vez porque seguíamos queriéndonos y porque sentíamos un miedo insuperable a lo que sucedería si comenzábamos a hablar.
Por fin afrontamos nuestro malestar y titubeos y hablamos.
Quizá fui yo el primero que mencioné la palabra -separación-, pero creo que más como revulsivo, esperando ingenuamente que tuviera un efecto catártico revitalizador, como si de una sesión de terapia de parejas se tratara, tan insinceras todas. No, no era esa nuestra solución, la verdad estaba en otra parte.
Naty se aferró a la fatídica sentencia con firmeza y determinación. Fue un relámpago fulgurante, seco, seguido de un trueno ensordecedor. Ante esa asombrosa e inesperada fuerza nada se podía hacer. Ya estaba todo dicho y la decisión irreversible tomada.
Después, para nuestra tranquilidad, había que desentrañar la maraña de contradicciones que tanto nos pesaban. Había que hablar, exhaustivamente.
No era fácil de entender lo que nos estaba pasado. A mí me desgarraban inclementes dudas, aun sabiendo que es lo que nos tocaba vivir ahora, aunque doliera.
Pensaba, consoladoramente, que no debíamos preocuparnos demasiado, porque después lo haría menos y menos, y quizá hasta dejaría de doler para siempre, un poco después. Son las reglas del juego de los amores, de las uniones y de las desuniones.
En estos días he vivido únicamente para entender que no había otra salida posible si queríamos que nuestra vida, la de los dos, siguiera siendo digna, irreprochable, como había sido siempre. Finalmente creo haberlo conseguido…

Pepe Fuentes ·