13 DICIEMBRE 2021

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
Carmen, Alcalá de Henares (Madrid)
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2021-12-13
Referencia
9759

DIARIO ÍNTIMO (19)
La reconciliación y II

Lunes, martes y miércoles: del seis al ocho de diciembre de dos mil veintiuno.
… A las cuatro en punto pulsé el timbre de su casa. Ella retrocedió permitiéndome la entrada, claro. Nos quedamos parados uno frente al otro, quietos, turbados y estáticos por el peso del daño. Nos miramos azorados de arriba abajo, sin saber qué hacer. Vencimos la parálisis súbita, dimos un paso hacia adelante y nos abrazamos. Enseguida nos separamos confundidos, como si hubiéramos incurrido en un inconcebible e impropio atrevimiento. Recuperamos una compostura que me pareció impostada, pero necesaria si queríamos volver a recomponer lo desbaratado, sin incurrir en peligrosas e inconscientes frivolidades.
Nos sentamos severamente (en sillas frente a la mesa) a tomar un café y a charlar (léase: soportar yo una argumentación por su parte, difícilmente rebatible, aunque no dejé de exponer mis razones, que algo de sentido tenían, sigo pensando). Cuando terminamos la epifanía expiatoria y quise pensar que también reparadora, surgió la pregunta clave: ¿continuamos, nos damos otra oportunidad? No sé quién la enunció, creo que fue Carmen. De lo que si me acuerdo es que mi asentimiento fue claro, firme, sin sombra de duda. Estaba convencido de que nuestra historia era posible, y sobre todo deseable.
A partir de ese momento, en torno a las seis de la tarde, nos echamos en el sillón relajadamente a tomar una copa celebratoria.
Pasamos el resto de la tarde noche recuperando nuestro tono de convivencia sumamente grato y amoroso, como siempre había sido. Cenamos, vimos una estupenda película de Fernán Gómez: El mundo sigue (el título era por algo, aunque no la historia) y el día acabó. Desde la nueve de la mañana a las dos de la madrugada habían pasado tantas, y tantas cosas, todas buenas; que yo, al menos, era imposible que me sintiera mejor.
Martes: día doméstico, apacible y gratísimo (solo salimos a comer).
Miércoles: nos levantamos tarde y a media mañana fuimos de excursión a Alcalá de Henares. Callejeamos e inesperadamente nos encontramos con una espléndida exposición colectiva de arte contemporáneo. Pasamos a verla, naturalmente. Disfrutamos bastante porque el nivel era alto, plagado de autores significados de la última parte del siglo pasado y principios del XXI.
Comimos estupendamente en un restaurante asturiano. Luego, vuelta a casa de Carmen, permanecimos juntos hasta las siete de la tarde, momento en el que yo volví a mi casa.
Me sentí estupendamente por lo vivido y me pareció que todo había vuelto, de un modo natural y sentido, al minuto antes del estallido de la gran crisis que nos había tenido alejados y enfadados veinte días. Es más, después de mucho hablar durante tres días, creo que conseguimos fortalecer la relación que tuvimos antes, disipar dudas y conjurarnos para sostener y disfrutar de una relación sólida y confiada.
Quizá se pueda pensar, yo lo creo sin sombra de duda, que la superación de ciertas crisis, refuerzan las relaciones que han sido fáciles, o incluso difíciles. Puede que algo así suene contradictorio, pero también a lógico.
La Fotografía: Carmen frente a una obra que, oh, casualidad de las casualidades, puede representar y expresar una reconciliación y, desde luego, una realidad amorosa: una pareja sola frente a la aspereza de la vida y lo inhóspito de la tierra que habitan. Eso sí, nosotros somos infinitamente más guapos que ellos.

Pepe Fuentes ·