EL DÍA DE LOS EPÍLOGOS
Mes escueto y no solo por los asuntos tratados, tan solo tres más una coda en forma de Digresión Literaria; sino porque apenas ha habido variedad de argumentos y fotografías más allá de lo que suele ser habitual.
Sí, estoy sumido en una crisis creativa de gravedad. Alguien podría decir que esa afirmación da por descontado que soy una persona creativa y eso está muy lejos de ser un hecho probado. Por supuesto, no creo serlo; tan solo soy alguien que no se conforma con las cartas que le han tocado en suerte e intenta cambiar las cosas para que, al menos, si estoy abocado a la derrota, que sea con entereza y presencia de ánimo y siempre después de haber intentado revelarme frente al infortunio con uñas y dientes. Solo eso.
Los primeros cinco días los dediqué a mi muevo Diario de las Palabras. Me cansé enseguida.
Luego, siete días dedicados al Diario de Revelado, pero que, en vez de escribir sobre el tema, los dediqué, especialmente, a Instagram, que me tiene asombrado. Me encanta. Hay multitud de autores que realizan maravillosas fotografías de altísimo nivel técnico y máximo interés temático. Todos los días paso un rato dando -Me gusta- y el gesto es sincero (me encantan todas las fotos que veo), aunque tengo un problema y es que lo hago grosso modo, sin apenas fijarme a quien doy, sencillamente porque no tengo tiempo para todo.
Catorce días he empleado en contar un Microviaje que duró cinco. Empezó en Linares, como primera parada y finalizó en Granada; por el camino, Baeza, Úbeda, Baza y Granada y paradas intermedias.
Por último, una Digresión literaria a propósito de Una historia ridícula, de Luis Landero, que me gustó mucho, pero no así una entrevista que realizó Laura Barrachina (estupenda periodista cultural) al propio Landero con motivo de la publicación de la estupenda novela (no me gustaron ninguno de los dos).
No hubo más.
La Fotografía: La primera que realicé en el Microviaje (un escaparate en Linares). Tan evanescente y decadente como yo.
28 FEBRERO 2022
© 2022 pepe fuentes