27 JUNIO 2022

© 1992 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
1992
Localizacion
Naty (Cuenca España)
Soporte de imagen
-120 TMAX 100
Fecha de diario
2022-06-27
Referencia
5103.1

DIARIO ÍNTIMO 26
Miércoles, uno de junio de dos mil veintidós

Hoy, justamente hoy, ha hecho cincuenta y dos años que comencé a trabajar en un banco, de botones, tenía dieciséis años. Mi falta de conocimientos de todo tipo, tanto académicos como de todo orden era aterrador. Inconmensurable. Claro, en ese banco entré por enchufe y ya nunca fui capaz de salir de él, hasta que treinta y tres años después consiguieron deshacerse de mí por las buenas, porque fui tan inepto que ni siquiera les di motivos para que me despidieran (supongo que solo les inspiraba compasión, ser buenos conmigo y así hacerse mejores todavía). Me aferré a sus centros de trabajo como una garrapata miserable y golosa, aunque enfadada con su suerte. Fui un inútil todo el tiempo y todos los días, desde que entraba hasta que salía. Lo más gracioso es que, aunque se dieron cuenta, en el fondo conseguía engañarlos, sin hacer la pelota nunca y sí se descuidaban me hacía el digno y los desafiaba. No les aporté nada, salvo procurar que Naty entrara a trabajar allí; y sí, Naty les aportó mucho porque era muy buena en todo lo que hacía. Genial me parecía a mí, y a ellos casi también (no del todo porque no la elevaron a las mal altas cotas de dirección, aunque se lo mereciera).
Lo cierto es que cuando he abierto la página de este diario pensaba en escribir algo que nada tenía que ver con lo que finalmente he escrito, quería hablar de mi vida sentimental, ese gran contenedor de fracasos, bueno, tal vez no tantos, pero simplemente porque no tengo todas las oportunidades de fracasar que me gustaría. Quizá escriba mañana o cualquier otro día, no corre ninguna prisa…
La Fotografía: Naty, en la época en la que entró a trabajar en el dichoso banco. Ella enseguida subió y subió y yo me quede abajo mirando admirado sus brillantes movimientos, triples saltos morales y prodigiosas habilidades. Cerrada ovación para ella.

Pepe Fuentes ·