30 AGOSTO 2022

© 1981 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
1981
Localizacion
pepe fuentes (foto coloreada de Carlos Villasante)
Soporte de imagen
DIGITAL 50
Fecha de diario
2022-08-30
Referencia
3520

LOS DÍAS (27)
Jueves, cuatro de agosto de dos mil veintidós

Ayer me llamó un querido amigo para contarme que había tenido un accidente cerebrovascular (ictus), el lunes pasado. Ha estado ingresado en un hospital unos días. Afortunadamente, no sufrió ningún efecto grave, más allá de la manifestación de los síntomas habituales del peligro en ciernes. Contándomelo, me hablaba con normalidad y sin sombra de aprensión. Su buen estado físico y de ánimo nos permitió retomar algunos de nuestros temas de conversación, por lo que no me asusté demasiado. Me lo tomé como un aviso que, bien gestionado por su parte, no tendría mayores consecuencias. Nuestras edades están muy próximas (él es ligeramente mayor que yo), por lo que, ineludiblemente, proyecté mi natural hipocondría. Deseo de corazón que recupere su normalidad cotidiana y pueda seguir con su vida, y así será, seguro.
Desde este diario, que sé que lee regularmente, le deseo lo mejor y que podamos seguir charlando y riéndonos de la jodida época que nos ha tocado vivir (todas las que han sido y serán, son justas merecedoras, como mínimo, de nuestro escepticismo y acerados sarcasmos que repartimos desenfadadamente). Sí, porque ni para él ni para mí el mundo tiene ya demasiado sentido. Ya nada nos afecta, no tiene por qué. Ahora podemos reír a mandíbula batiente, aunque realmente no lo hagamos, pero no por respeto o insostenibles creencias, sino por desinterés. Nos conformamos con arrostrar las menos molestias posibles y evitar a todos los idiotas que puedan cruzarse en nuestro camino (a fe mía que lo conseguimos, somos buenos en eso).
Seguiremos, amigo mío, ya lo creo, hasta que no podamos más; pero entonces, ya nos dará igual lo que pase con nosotros y con el mundo y con todo lo demás.
La Fotografía: Yo, fotografiado por mi amigo, en junio de 1981, en el término municipal de Casalgordo, donde habíamos ido a fotografiar formaciones de piedras con formas zoológicas, una especie de animalario de granito (sobre mí la cabeza de un animal antediluviano), había un gigante, un cocodrilo y alguna que otra forma misteriosa (*). Nos gustaba mucho esos ejercicios de imaginación y fotografía entusiasta, de antes, de mucho antes, en todos los sentidos. La particularidad de esta para mí mítica fotografía, ahora colgada en una de las paredes de mi casa gracias a su generosidad, es que es un positivo analógico de 24*34 cm., pintado a mano. Un trabajo de suma habilidad, pulcro y laborioso. Una de las obras sobre las que se fue construyendo la amistad a lo largo del tiempo (con él y otros amigos de entonces). Me parece una fotografía genial (él es un brillante fotógrafo, siempre me lo pareció).
(*) A esa excursión fuimos, además de mi amigo, una pareja amiga mía (José Luis y MariCruz), y mi hijo Gabriel, entonces niño, claro.

Pepe Fuentes ·