24 SEPTIEMBRE 2022

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
San Lorenzo de El Escorial (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL 1250
Fecha de diario
2022-09-24
Referencia
5828

LOS MICROVIAJES: San Lorenzo de El Escorial (1)
(martes, seis de septiembre de 2022)

Empiezo otra vez a escribir esta entrada, la ya terminada y de la que me sentí satisfecho la perdí, y lo que es peor, no tengo ni idea de cómo fue. Me frustró mucho. En ella hablaba de las monarquías (ahora que se han puesto de vivísima actualidad por la muerte de la reina del Reino Unido) y de mi relación con esa mágica y ancestral fórmula de gobernar y ahora no gobernar, tan solo presidir y encarnar sobria, moral y elegantemente el símbolo y la significación (salvo deshonrosas excepciones, como la de nuestro rey demérito).
Esa es la única misión de las monarquías actuales; ni fácil ni difícil, tan solo importante, nada menos; y sobre todo moral, estética, elegante…
Ante la disyuntiva a la que nadie me obliga, tan solo la que yo me creo para entretenerme, de monarquía Sí, monarquía No; contesto resueltamente Sí; y no es por otra cosa, frívola tal vez, que cualquier otra opción es infinitamente peor, al menos lo fue para nosotros, los españoles, de eterna tradición monárquica, y si no, a las pruebas me remito, años del 31 al 75 del pasado siglo.
Por otro lado, la monarquía hereditaria parlamentaria a la que se ha llegado a través de un fantástico proceso de madurez política y después de siglos de progreso humano, nos evita la terrible arbitrariedad de que la máxima instancia simbólica de la nación la detente cualquier politicastro como consecuencia de “apaños democráticos” de partidos, o por una simple manipulación de la opinión pública del momento. Algo tan trivial como un voto coyuntural, generalmente de gentes desinformadas y yo el primero de ellos.
Al menos los reyes deben estar emparentados con Dios, según es preferible creer para que durmamos tranquilos todos y podamos dedicarnos a las cosas verdaderamente importantes.
El caso es que decidí acercarme al Monasterio de El Escorial, del que tenía un vago recuerdo de una excursión que hice en mi tiempo escolar, hace sesenta años.
He pensado en continuar visitando paulatinamente las residencias reales a lo largo de la historia: Palacio Real de Aranjuez, La granja de San Ildefonso, Palacio Real de Madrid, para así cubrir un poco mis inmensas lagunas culturales.
No siento especial simpatía por ninguna de las dos dinastías reales españolas de los últimos quinientos años; salvo, quizá, dejándome seducir por nuestro estelar momento histórico, el único que hemos tenido, y por el tiempo transcurrido, son los Austrias, los que me despiertan algo más de consideración. De los Borbones, prefiero ni hablar; aunque tal vez, éste último, el de ahora, parezca el más estimable de todos ellos. Veremos como termina… (a mí no creo que me dé tiempo).
PS. La entrada del diario perdida creo que me salió sensiblemente mejor que esta.
La Fotografía: Llegué a la puerta de entrada del Monasterio a las 10:15 h. No sabía si me gustaría, aunque confiaba en que sí, que bastante. No tenía mejor plan para el martes.
Nada más entrar me quedé boquiabierto ante los ciclópeos muros de granito, el inmenso patio donde, al fondo según accedí, se encuentra la fachada de la Basílica con seis impresionantes esculturas que representan a Reyes de Judá (por la pretendida inspiración en las trazas del templo de Salomón).

Pepe Fuentes ·