DIARIO DE VIAJE: Al Sudoeste
Día 3.2 Miércoles (21.09.2022)
… Llegué a Badajoz a la una y media (62 Km).
Me lié en el acceso a la ciudad. Las anchas avenidas que desembocaban o bordeaban el centro histórico, en franca connivencia con mi confuso navegador y mi atolondrada cabeza, consiguieron enredarme, y después de un rato me percaté, contrariado, que había caído en mis habituales y frustrantes bucles que nunca me llevan a parte alguna. Abandoné el coche en cualquier parte y decidí recorrer el casco histórico a pie.
Decidí que mi referente sería la Plaza Alta, o la Plaza por excelencia. Se trata de una plaza porticada con una decoración geométrica muy llamativa en alguno de sus flancos. Decidí comer en la terraza de un restaurante allí mismo. Muy mala decisión ya que, aparte de una muy mediocre calidad de su cocina, el servicio no pudo ser peor, tres camareros jóvenes que les importaba más su zanganeo y bromas entre ellos que atender a la clientela (más de media hora entre plato y plato y eso gracias a varias reclamaciones).
A continuación, callejeé sin orden ni concierto por zona peatonal del centro, simplemente con el ánimo e interés de conocer un poco la ciudad. No me desagradó el entramado urbano antiguo, me pareció interesante y agradable de ver. No obstante, la experiencia no será imborrable para mí. Finalmente llegué al coche, no sin antes extraviarme dos o tres veces. Badajoz no me estaba resultando propicia.
A las cuatro y media salí de la ciudad en dirección a Feria (62 Km), pueblo que deseaba visitar…
La Fotografía: Plaza Alta de Badajoz. Estaban colocando decoración de fiesta.