DIARIO DE VIAJE: Al Sudoeste
Día 5.1 Viernes (23.09.2022)
… Amanecí en Aracena. El desayuno del hotel, sin ser extraordinario, tan solo habitual, fue grato, porque además y sin saber por qué, me invitaron.
En esta primera parte de la trilogía en la que voy desarrollando el relato de cada uno de los días, poco más tengo que contar; salvo que en la obra de acondicionamiento que realizaban una cuadrilla de trabajadores (ya se sabe, esas típicas obras en las que uno trabaja y tres miran, y luego se van turnando); debatían acaloradamente sobre las corruptelas del partido “progresista”, el de los fraudulentos Eres. Pareció que se imponía el argumento, mientras yo pasaba, por el cual, los perspicaces y profundos analistas sociales pensaban que, éticamente, todo era muy relativo, ya que el principal acusado (al que, al parecer indultarán por hechos probados) lo único que había hecho era ayudar a muchas familias. A esos trabajadores rotativos les daba bastante igual la ley, la corrección democrática (respeto a la ley), y cualquier otro argumento que no fuera la arbitraria discrecionalidad partidista y que Dios reparta suerte. Un poco más allá, una señora mayor (como yo), paseante, debatía con un hombre más joven sobre política socialdemócrata o algo así, en la que el hombre defendía el libre mercado y la competencia; y ella las políticas proteccionistas (por qué y a quién, me pregunté mientras pasaba). El punto más alto de Aracena parecía un foro de debate candente sobre políticas sociales, o, todo lo contrario, asociales. No sé, pero todo eso a mí me daba exactamente igual, yo lo único que quería era ver los edificios singulares y antiguos, fotografiar e irme hacia las Minas de Río Tinto…
La Fotografía: Cuando salí del hotel, me dirigí hacia el centro del pueblo, aparqué y subí con la cámara hacia el castillo y la iglesia, enclavados ambos en la parte más alta, por lo que tuve que subir una cuesta pronunciada. Mi intención era realizar una composición integrando ambos edificios. Eso intenté y eso hice. El resultado, la foto de hoy, que sin ser extraordinaria muestra lo que fui capaz de ver y componer. Hice más fotos, intentando ser original ¿para qué la originalidad? Me pregunto -no me respondo-. Cada día que pasa detesto más la supuesta originalidad que a base de serlo me parece tan solo apestosa por omnipresente.