LOS DÍAS, 5
Domingo, uno de enero de 2023
… Mi Charlie se ha pasado la noche yendo y viniendo a la cama. Cuando se va, no sé a dónde (se debe cansar de estar a mi lado), pero luego vuelve. Mi Charlie, me es fiel. Los perritos, al parecer, lo tienen inscrito a fuego en su ADN, porque si no, tampoco.
A las doce y diez ya estaba durmiendo sin pena ni culpa. Me he despertado a las seis, aunque no me he levantado hasta media hora después.
A las diez de la mañana saldremos a dar nuestro paseo diario. Hoy no espero noticias absolutamente de nadie ¡¡¡qué descanso!!! (de no estar cansado).
Oiré en audible, por el camino, un ensayo de José Antonio Marina, sobre la motivación (Los secretos de la motivación) ¡¡¡qué gracia!!! En realidad, una obra así, muy buena e interesante, por cierto, no me hace falta en absoluto porque yo estoy hipermotivado. Lo juro por mis Dioses Buenos. Si no, de qué me iba a mostrar con esta prestancia existencial que adorna mi vida todos los santos días.
Alternaré la escucha con una obra testimonial de Elvira Lindo: Noches sin dormir, donde cuenta sus últimos meses en Nueva York, ciudad en la que vivió unos años, bastantes, junto a su marido: Antonio Muñoz Molina (escritor al que también admiro). Elvira no me puede caer mejor. Me encanta su manera de afrontar la vida y la forma de contarla, ligera, sencilla e intensa. Y, sin duda, su brillante sentido del humor, tanto literaria como vivencial. Para mí, una mujer diez, sin duda. En esta narración, uno de los muchos aspectos que me ha encantado es la vida de pareja que comparte con Antonio; su complicidad, su amistad, su camaradería cotidiana y doméstica; por ejemplo, cuando cuenta que guisan ambos, cada uno con su estilo culinario, maravillosos platos de cocina española que comparten con amigos. Da la impresión de que su vida de pareja es perfecta, o al menos encantadoramente positiva, y eso me suscita una grandísima admiración. Sobre todo, porque esa paz íntima y protectora, reserva y potencia todas las energías del mundo para sus respectivas obras creativas. Estoy disfrutando mucho de esta obra, plena de espontaneidad y delicada escritura.
La Fotografía: Una calle de mi ciudad (cerca vivía mi abuela), y que yo recorría de niño. Antonio Muñoz Molina, es de Úbeda; y Elvira Lindo, de barrios de Madrid, al parecer (según dice ella, se considera una mujer de barrio); no obstante, ambos, han llevado vidas exuberantemente cosmopolitas y exitosas. Yo, por el contrario, he sido estrechamente provinciano en todo lo que he hecho. Conclusión: nunca se deben achacar los fracasos o la pequeñez de tus logros, a tus orígenes. Todo dependerá, siempre, exclusivamente de ti, de tu carácter y talento. Todo lo demás… historias para aburrir.