COLECCIÓN DE MISCELÁNEAS
Viernes, seis de enero de dos mil veintitrés.
VEINTISÉIS: Hace un mes que no vengo por aquí, por las misceláneas, por algo será. Sí, porque en mis actividades diversas estoy muy disperso. Veo, escucho y leo bastantes cosas, aunque cada vez con menos rigor y disciplina. Prefiero dejarme abandonar por los impulsos, y hasta por la pereza, de vez en cuando.
Han sido varios los libros que he escuchado en audible, a algunos me he referido en otros capítulos del diario y otros no. Ahora, soy tremendamente sensible al aburrimiento, por ejemplo, un autor de mi absoluta predilección durante años y años: Cormac McCarthy, que después de mucho tiempo de silencio ha publicado: El pasajero y Stella Maris, en un solo volumen, y que me apresuré a adquirir en versión Ebook (ya no leo libros en papel), después de intentarlo al menos tres veces lo he abandonado enseguida porque me aburria. También he abandonado un ensayo de Fernando Savater, sobre Cioran, por confuso y primerizo. Quizá una frivolidad, pero que vivan las frivolidades ¡¡¡ojalá consiguiera serlo a todas horas, del día y de la noche!!! Me ha pasado con algunos más en los dos últimos meses, pero ahora no me acuerdo de cuáles. He terminado varios en Audible; dos de José Antonio Marina, tres de Elvira Lindo, uno de Sara Mesa, uno de Mijail Bulgákov, uno de Enrique Vila Matas, otro de Delphine de Vigan (espléndido). Algunos más que ahora no recuerdo. Mención aparte merece David Foenkinos, recientemente descubierto con La delicadeza, maravillosa y sutil historia tremendamente actual. En versión Ebook acabo de terminar Hacia la belleza y ahora estoy a la mitad de Dos hermanas, adictivas ambas. Seguiré con Charlotte. Me encanta Foenkinos.
En cuanto a películas: Y llovieron pájaros (sublime), Dos o tres de los hermanos Coen, especialmente Barton Fink y Fargo; y bastantes más, que ahora, a bote pronto no recuerdo porque estoy en pleno ejercicio de perfección de la frivolidad. Anoche mismo, me entregué apasionadamente a El crepúsculo de los Dioses, de Billy Wilder (1950) ¡¡¡enorme, inmensa película!!!. En cuanto a series: dos especialmente interesantes: El último artefacto socialista (Croata) y Exterior noche, de Marco Bellocchio, sobre el secuestro y muerte de Aldo Moro.
Y ahora me pregunto, peligrosamente, con estos inacabables y monumentales recursos, alimento de soledades, qué necesito buscar más allá del umbral de mi casa. Nada.
La Fotografía: Francesco Cossiga, Giulio Andreotti, Benigno Zaccagnini, personajes políticos de la serie de Bellocchio (84 años), es un auténtico recital de virtuosismo, rigor histórico, análisis político, creatividad y saber hacer cinematográfico. Además, el perfil de los personajes, políticos democristianos y de la curia, de los años setenta, aparecen absolutamente creíbles en su siniestra oscuridad. Dan miedo, todos. Aunque más miedo dan las Brigadas Rojas en su demente, fanática y asesina actividad. Grandísima serie.