LOS DÍAS, 8
Miércoles, veinticinco de enero de 2023
Otro día de frío extremo. Antes de salir a dar mi paseo diario, sin Mi Charlie, dos horas en el Estudio. Por cierto, y ahora que lo menciono, a la una me ha llamado Naty para decirme que mi perrito feroz ha tenido un problema con un hombre que ha intentado tocarle (más bien el problema lo ha tenido el hombre). Nunca, ni desde que era un cachorro del tamaño de la mano, ha consentido que le toque nadie, salvo Naty o yo. El motivo es miedo a sufrir daño por gente a quien no conoce. No se fía. Tampoco, aunque algo más flexible, le agrada que le toque gente que conoce, pero que no considera de los suyos.
Casi a lo largo de todo el paseo he mantenido una larga charla con mi amigo-hermano Armando. No hemos hablado de nada en especial, pero nos hemos reído bastante con todas las tontunas que se nos ocurrían.
Al menos hoy he cumplido con el necesario compromiso con la Risa: “La jornada más desaprovechada de todas es aquella en que no hemos reído”. Nicolas de Chamfort
Hay días que no me río, y todo es mucho peor, aunque a veces bailo mientras cocino ¡¡¡eso está bien, me parece!!!
He regresado a mi casa las doce, de buen humor. Tanto que me ha dado, a partir de un correo promocional que recibí el otro día, por comprar una entrada para el teatro, el próximo día veinticuatro de febrero, en el Bellas Artes. La obra: Las guerras de nuestros antepasados, una adaptación de Eduardo Galán de una obra de Miguel Delibes, con Carmelo Gómez y Miguel Hermoso como intérpretes. Pero, no contento solo con eso, y dado que la función es a las ocho, también he comprado entrada, para ir a las tres de la tarde a Arco, como todos los años. Así que lo que haré ese fastuoso día será: primero Arco; después, Teatro; luego cenaré en algún restaurante que elegiré el día antes, y terminaré tomando una copa, quizá en el local de mis amigos.
Dicho así, no parece tan excepcional, pero lo es y no solo por Arco, que eso ya lo tengo absolutamente automatizado ¡¡¡me lo paso tan bien!!! Que da gusto; sino porque me tenía restringido el teatro y los restaurantes por la bobada de que ambas cosas me gustaba hacerlo con una mujer, y sin mujer no lo hacía. Una solemne tontería porque ahora que he decidido alejarme de las mujeres, ya puedo hacer más cosas.
Estoy contento.
Contaré como me vaya esa experiencia tan lujosa.
La Fotografía: Edición de Arco del año pasado. La mujer que aparece en la fotografía lleva en su mano derecha mi objetivo largo (fue muy amable en eso). Nos acompañábamos. Nada parecido volverá a suceder.