9 ABRIL 2023

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
DIGITAL 1000
Fecha de diario
2023-04-09
Referencia
1943

DIARIO ÍNTIMO 63
Jueves, seis de abril de dos mil veintitrés

La santidad de la semana no está evitando en absoluto mi santa depresión… Sí, porque creo que algo de ese síndrome me está acompañando en estos días planos.
No tengo espíritu ni ánimo para hacer nada de nada…
Cómo es la depresión, con qué textura y color aparece… Está escrito, pero yo apenas lo he leído.
La repercusión en el mecanismo psicomotriz, al parecer, se concreta en que no llega la frecuencia o energía necesaria para que el cuerpo y la voluntad funcione correctamente. Sí, creo que ahora es lo que me está pasando…
Dice Wikipedia, entre otras acepciones, en relación con la depresión: “…trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana…”.
También, un matiz o concepto directamente relacionado con el mundo de los estímulos compensatorios:
“La anhedonia (del griego ἀν-: an- ‘falta de’ y ἡδονή: hedoné ‘placer’) es la incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades. Se considera una falta de reactividad a los estímulos habitualmente placenteros”.
Todo este asunto de mi estado de ánimo último supone un lamentable fastidio…
Por si fuera poco, no estar sonriente todo el tiempo, está muy mal visto…
Hay que ocultar a cal y canto, cueste lo que cueste, cualquier estado que no sea óptimo, o incluso normal. Si no quieres que te traten como un apestado jamás debes contar tus baches. Pero, ni yo puedo esperar eso de mí: la ocultación y el disimulo. A pesar de la relatividad de todo, los colores son los que son, y si son azules oscuros tirando a negros, pues eso, no hay más. Y, por si fuera poca la crudeza, lo cuento cada día (mi diario como diván de terapeuta). Claro, nadie debe acudir aquí a buscar nada que le pueda ayudar en la salud o en la enfermedad.
Dice una mujer, mí única e íntima enemiga:
“Si los hombres farsantes me dan grima, leer un diario de alguien que no vive a diario, ya ni te cuento. Un texto siempre quejumbroso, que se nutre de parafrasear a otros quejumbrosos con los que te identificas…”.
Por eso, prudente y sabiamente, ha decidido no volver a leerme:
«… a partir de ahora te va a leer tu señora madre que en paz descanse, lo mismo que la mía… te juro que yo no te vuelvo a leer ni por caridad cristiana «.
Ella, sabrá. Me parece estupendamente que no lo haga. Personas así, con esa acerada y vitriólica opinión sobre mí, mejor lejos (*). El recuerdo solo será ingrato y lo siento.
Que yo escriba lo que escribo y que esa mujer piense lo que piensa, es algo, absolutamente inevitable. Nadie puede ni debe ir contra su propia naturaleza, a no ser que sea un estúpido farsante, como dice ella.
Este diario, es mi vida y mis circunstancias y así lo cuento. Eso ni puedo ni quiero cambiarlo. Por nada del mundo.  Ítem más, me trae absolutamente sin cuidado lo que nadie pueda pensar. No podría ser de otro modo.
(*) La actitud de esta mujer y su relación conmigo ha respondido a un impulso que tiene que ver con un espíritu intrínsecamente maligno, del que no hablaré hoy porque rompería el equilibrio de esta entrada. No obstante, no me olvidaré de escribir, no ya de ella en particular, sino de todos esos seres inmisericordes que me he ido encontrando en el tiempo y que tanto alejamiento y repulsión me han provocado siempre. No tengo ni idea de cuando me apetecerá hacerlo, pero lo haré, vaya que sí.
La Fotografía: Restos de una batalla, de cualquier batalla; de la vida, de cualquier vida llevada coherente y honestamente.

Pepe Fuentes ·