11 ABRIL 2023

© 2023 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2023
Localizacion
Viernes Santo, Cuenca (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL 2500
Fecha de diario
2023-04-11
Referencia
4395

LOS DÍAS 20
Sábado, ocho de Abril de 2023

La santidad de la semana sigue su curso, inexorable y exacta. Nadie puede detener los procesos de santificación. Está bien que las sociedades humanas se asienten sobre principios sólidos. Nada hay tan sólido como la fe en algo, lo que sea, y para que este impulso ciego sea práctico es preciso que se articulen en rituales, ceremonias y jerarquías. Humanas, naturalmente. En cuanto a la santidad de la semana, el supuesto espíritu por elevación se encarga de organizarlo la curia con todo su estamento jerarquizado, desde el Papa a los sacristanes. Luego, están los aficionados y creyentes en lo oculto, es decir, el pueblo en general, al que le trae sin cuidado lo tangible y demostrable, y tan solo atiende a la entelequia y la ensoñación. Para ellos todo es lo mismo, lo verdadero o lo falso tan solo son matizaciones innecesarias que no deben entorpecer la necesidad humana de la más reverencial prosternación. Y, también, el jolgorio y la risa.
Sobre la creencia, excusa y pretexto para todo, se organiza el lado hedonista de la Santa Semana, lo más importante de todo el montaje, porque es lo que verdaderamente afecta a las gentes y a su felicidad.
Todo, unas cosas y otras, a fin de cuentas, resultan desoladoramente previsibles y aburridas.
A mí, todo este asunto de la santidad de la semana me trae al fresco (acepción de total indiferencia). Sin embargo, y como vivo en el mundo, me afecta lo que ocurre más allá de los muros de mi refugio, para bien o para mal. Hoy ha sido para bien. Cualquier otro sábado del año, en el paseo con Mi Charlie, nos encontramos a todo tipo de seres dinámicos: los que corren, los que montan en bicicleta, los que pasean, con o sin perrito; en grupos o solos. Todo el campo lleno de gentes que nos interfieren y molestan. Hoy, sin embargo, el campo estaba absolutamente vacío. No nos hemos encontrado con nadie. Dónde estarán, he preguntado a Mi Charlie, que me ha contestado -en la procesión, seguro-.
Como parecía que el barrio se había vaciado por el rollo sacramental, me he dicho, aprovecho para ir al Super a comprar tomates, que es lo que antes se me acaba siempre; pero no, que va, todo el barrio se había metido en el Super. Habían pensado los mismo que yo, y ahí estábamos todos, abarrotando los pasillos, empujándonos sin piedad. Ese ambiente de refugio atómico no ha sido óbice para que hiciera una compra eficaz y ordenada. Me ha costado, exactamente: 81,81 €.
Luego, a casa, a no salir en lo que queda de Semana Santa, pero sin ejercicios espirituales ni nada.
La Fotografía: La Semana Santa mueve a las gentes a hacer cosas muy extrañas que no hace en el resto del año, en ningún momento. El año y años siguientes, vuelven a hacerlo, y así hasta el final de los tiempos. Es un destilado ancestral de cultura, creencias, tradición, imperiosa necesidad de significación y reconocimiento en el seno de los colectivos donde se refugian de las inclemencias del tiempo. Este hombre, tan originalmente vestido, es una especie de encargado o capataz que pastoreaba a otros parecidos, pero más pobremente vestidos. Es lo que tienen las clases y jerarquías sociales que, unos son más y otros menos. No hay alternativa existencial para la presencia de las clases. En caso de que se eliminaran, todo sería infinitamente peor, más desordenado y caótico.

 

Pepe Fuentes ·