16 JUNIO 2023

© 2023 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2023
Localizacion
Desierto Tabernas (Almería)
Soporte de imagen
DIGITAL 102400
Fecha de diario
2023-06-16
Referencia
6462

LOS DÍAS 40
Viernes, dos de Junio de 2023

He terminado de oír, sobrecogido, Vengo de ese miedo, de Miguel Ángel Oeste, autor que no conocía como suele sucederme con frecuencia últimamente. La novela tiene el aroma del testimonio personal e intransferible, pegajoso, adictivo, poderoso. A medida que avanzaba en la lectura me adentraba en las simas más oscuras pero necesitaba seguir y seguir para constatar hasta dónde puede llegar el alma humana en una espiral de atroz autodestrucción. Si es un testimonio de un fragmento de la biografía del autor estremece; y si es ficción literaria, también. En definitiva, es igual que sea una cosa u otra, porque biografía o ficción la narración está ahí, supurando autenticidad y escalofríos. Sara Mesa, dijo: “Por favor, lean este libro”. Tenía razón, sin sombra de duda. Es un destilado de nihilismo hedonista en estado puro, impregnado de realismo y bestial crueldad.
Ayer vi otra obra maestra sobre la autodestrucción, en este caso, una película: La ballena (2022), de Darren Aronofsky, interpretada prodigiosamente por Brendan Fraser, pero en esta ocasión desprovista de crueldad y sí de buenos sentimientos. No obstante, ¡¡¡vaya día!!! Que me he ofrecido a mí mismo.
Otra cosa: he seguido con momentos de dolores inguinales intermitentes e insoportables. Erróneamente he ido dos veces a consulta de dos traumatólogos, que no me hicieron ni caso. Me propusieron resonancias por si se trataba de problemas articulares de cadera. Nada convencido con la orientación que daban a mis dolores, he ido a mi médico de cabecera (mi ángel de la guarda), que se llama Daniela, porque es un ángel travestido. Me pregunto si habrá ángeles del género femenino, o seres de género dudoso e indefinido ahora que la sencillez dual de la creación ha sido refutado por la ingeniería social de clase. No me contesto. Ella, después de palparme en la mismísima frontera de mi intimidad más pudorosa, determinó que mis agudos dolores en la ingle solo podían ser provocadas por una hernia inguinal. Y sí, tenía toda la lógica del mundo. El problema es que la solución es quirúrgica, y eso me desagrada mucho. Me da miedo. Tendré que asumirlo, no tengo otro arreglo posible. Lo siguiente: ir a consulta de un cirujano.
PS: día seis de junio; asistí a la consulta de un cirujano alternativo (el propuesto por Daniela se ha fugado a un país exótico con una amante travestida y no vuelve hasta septiembre, cuando ya me haya muerto de dolor), me reconoció y no encontró la hernia. Buena y mala noticia al mismo tiempo: puede que me libre del quirófano, pero me quedo sin diagnóstico y a ver qué hago sin saber por qué me duele lo que me duele. Me harán una ecografía o una resonancia o yo qué sé. Veremos.
La Fotografía: Daniela, mi ángel de la guarda, travestido, claro.

Pepe Fuentes ·