17 JUNIO 2023

© 2023 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2023
Localizacion
Mi Charlie, Toledo (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL (JPG) 32. (MOVIL)
Fecha de diario
2023-06-17
Referencia
5893

LOS DÍAS 41
Sábado, tres de Junio de 2023

Duermo muchas horas, pero mal. Sueño con monstruos que me atacan: mujeres narcisistas y perversas que me someten a todo tipo de torturas, inmerecidas, naturalmente. En esos funestos sueños yo también soy un monstruo, pero solo ocasionalmente y siempre de buen rollo (cuando no me enfado). Me despierto y las pesadillas se diluyen en el vacío del duermevela. Me vuelvo a dormir y todo recomienza. No creo en la interpretación de los sueños, tampoco en Freud, aunque en eso mi descreencia es infundada, tanto como las creencias.
Menos mal que casi no creo en nada. El casi está sustentado porque si creo en el vacío absoluto después de la muerte (e incluso antes), que, curiosamente, la cultura religiosa que anida en los seres vivientes (no en los animales, porque estos seres son lúcidos, por lógicos y porque, para su suerte, no conocen ni el tiempo ni la muerte), convierte, mágicamente, la sensata creencia en descreencia. Las veleidades mentales de los seres humanos, generalmente provocadas por quiméricas ontologías o por las múltiples acepciones de las palabras, que hasta serían entretenidas si no fuera porque al final todo deviene en repetición y cansancio. En desesperanza, a fin de cuentas. Pero ¿quién quiere la esperanza? Me temo que tan solo los ingenuos y los crédulos y los “desesperados”. Luego, yo no.
He comenzado en audible una nueva obra: Hombres fatales (Metamorfosis del deseo masculino en la literatura y el cine), de Elisenda Julibert, que ha empezado interesándome mucho; sobre todo ahora, que ya me siento liberado de deseo sexual, y de otros también ¡¡¡maldita sea!!! ¿Qué somos sin deseos? No me contesto (aunque me sé la respuesta). “Un alma se mide por la dimensión de su deseo”. Gustave Flaubert
Llevo un tiempo constatando (soy objeto de investigación y estudio por mí mismo), que a medida que voy perdiendo el deseo que se me va quedando prendido a jirones en la maleza de los caminos que frecuento cada día; por un lado, gano en ligereza, que no virtud; pero, por otro, pierdo sustancia y textura vivencial. Ya veremos cómo acaba este estúpido proceso, ineludible y alienante. Mal, como no puede ser de otro modo, ya que son los deseos y el modo de vivirlos lo que nos perfila y configura.
La Fotografía: He salido a caminar con Mi Charlie y mi recién descubierta y perdida hernia inguinal, que, afortunadamente, no me ha molestado apenas. Él ha aprovechado para revolcarse en el barro impúdica, feliz y desahogadamente, lo que me enfada sobremanera porque luego me toca bañarlo. Le exijo que no haga eso y no, no lo hace, hasta el siguiente charco del camino.

Pepe Fuentes ·