LOS MICROVIAJES: Madrid 1
(miércoles, cinco de julio de 2023)
Hacía tiempo que no venía por aquí, así que hoy he ido hasta allí para dar contenido a esta entrada y al día, porque si no, pues No.
Concretamente, a las 9:30, como siempre, he cogido el tren y he viajado hasta Madrid.
Propósito: Visitar las exposiciones temporales del Museo del Prado, y una más, en el Jardín Botánico, también temporal (y tan solo explicable desde la necesidad de tapar agujeros negros de los gestores culturales de turno), de José Manuel Ballester, fotógrafo de copias grandes y monumentales y ahora de pinturas (creo que también es pintor, aunque no estoy seguro). No sé.
Después, hasta un Mamut he visto, y es que hay días que dan mucho de sí.
Tengo estudiado y experimentado que mi estado de ánimo obedece a una pauta intermitente inexplicable: hoy, Sí; mañana, No; y vuelta a empezar, y así todos los días.
Mi fantasmal agenda la construiré a partir de ese movimiento pendular entre el Sí y el No, a partir de lo que me diga el metrónomo existencial que tengo instalado junto a mi corazón.
Menos mal que hoy tocaba Sí.
A las diez, Atocha; a las diez y veinticinco en la cola de entrada a las exposiciones.
Guido Reni, pintor barroco italiano (Bolonia) 1575-1642. Que nadie se llame a engaño, yo, de Reni, ni idea.
A pesar de haber visitado varias veces la Colección del Museo del Prado, donde está representado con bastantes obras; cuando pasé frente a ellas debía ir pensando en otra cosa, como cenutrio que soy.
Sin embargo, hoy, he experimentado un descubrimiento deslumbrante. Desde la primera sala a la última he disfrutado intensamente de todas sus obras. La gestualidad de sus personajes, casi todas divinidades, santos, protagonistas bíblicos y mitológicos. Frente a Hipómenes y Atalanta, me he quedado en el centro de la sala boquiabierto (quizá la obra que más me ha gustado). Pero, sobre todo, de su impactante pintura lo más reseñable para mí es la iluminación y el delicado sentido del contraste y textura en todas las obras; y más aún, el perfecto tratamiento morfológico de los cuerpos, todos bellísimos; la textura mórbida, sensual de la carne, las hondas expresiones de los rostros. Emocionante exposición, de principio a fin…
La Fotografía: Llegué a la cita a la hora en punto. Todas esas personas haciendo cola para entrar y detrás yo. No era el último, detrás había más.