2 SEPTIEMBRE 2023

© 2010 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2010
Localizacion
pepe fuentes (Toledo)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD DELTA 3200
Fecha de diario
2023-09-02
Referencia
4543

ADENTRÁNDOME EN LAS TINIEBLAS 27
Sábado, dos de septiembre de 2023

… No quiero cerrar este díptico conmemorativo del final de un tiempo bueno, sin referirme a mi vida en estos dos últimos años (no puedo hacerlo de la de Naty, porque desconozco de su vida, salvo a grandes rasgos y a propósito de lo único vivo que compartimos: nuestro Charlie).
Además, ella lo tendría que contar en su propio diario.
Habíamos pasado todas las reválidas imaginables, pero finalmente suspendimos la última asignatura, en el último examen y en el último minuto (bien, porque la perfección es un asco).
La diferencia de edad hacía que el tempo vital fuera asimétrico y se desajustase.
Si fue así, es porque así tenía que ser. Nada que lamentar si aceptamos lo que somos. Y, por supuesto, la vida como viene y como la hemos llevado (no hay otra forma de vivir).
Mi vida en común con Naty acabó en muy mala hora para mí, dada mi ya avanzada edad; precisamente cuando empezaba a tener menos impulsos para -hacer- y los recursos daban muestras de agotamiento.
La calidad de mi vida será peor en el futuro porque también cada día me sentiré más solo (es lo natural, el paso del tiempo solo agravará esa sensación y eso es inmutable ley de vida).
Se me viene encima una época en la que el amparo en una vida compartida y mutua protección y ayuda, sobre todo afectiva y física, se hará más y más conveniente, por no decir necesaria. Y eso siempre y cuando la enfermedad no aparezca (entonces a morir).
Pero que no cunda el pánico, porque, lo que acabo de decir no dejan de ser pamplinas y chocheces sin importancia, y lástima, vive Dios, jamás me permitiré inspirársela a nadie.
Por mí, se pueden ir todos a la puñetera mierda.
En estos dos últimos años, cualquier deseo que ilusoriamente me he forjado, invariablemente, se ha frustrado.
La edad determina toda tu vida actual y por supuesto tu mundo de relaciones interpersonales y existenciales. Por si fueran pocas las tinieblas, cierto es lo que dijo Aristóteles: “Amigos, no hay amigos”.
Atrás quedó el tiempo en el que el margen de maniobra vivencial era infinitamente más ancho, más grande, más estimulante. Ahora ya no gestiono socialmente casi nada, porque ya no queda casi nadie (antes tampoco), pero al menos me movía con relaciones superficiales, pero presentes y entretenidas.
Ahora ya solo me queda maniobrar con la edad y el tiempo cotidiano, sin más, que no es otra cosa que conjurar sombras buscando algo de luz todos los días.
No cambio absolutamente nada de lo que me ha sucedido en estos dos últimos años, es más, agradezco que pasara lo que pasó porque me ha permitido vivir experiencias imprevistas: divertidas pocas, tristes la mayoría, pero todas diferentes. Algunas excitantes y eso no ha estado nada mal: el deseo me ha visitado alguna vez y eso ha sido prodigioso.
También muy malas personas (mujeres), pero serán pasto de olvido y maldición.
La buena noticia es que el estado de cosas actual me aboca a la dura pelea por no morir mañana y a vestirme con el traje de superhéroe todos los días, incluso sin ganas.
La Fotografía: Yo, en la no tan bonita edad de 57 años (aunque la era cincuagenaria, ahora ya puedo decirlo sin sombra de duda, ha sido la mejor de mi vida). En la época de la fotografía (Turín) seguíamos viajando siempre que podíamos y siempre solos, despreocupada y alegremente, sin que el paso del tiempo de viaje nos pesara nunca a ninguno de los dos.

Pepe Fuentes ·

2 SEPTIEMBRE 2023

© pepe fuentes
Referencia
2023-09-02

LOS DÍAS 65 (bis)
Jueves, veintiocho de Septiembre de 2023

… En esta semana (volví el sábado de la anterior, por la noche), no tengo ni idea de lo que ha pasado. Creo que ayer fui a ver a Mercedes, mi doctora de cabecera (hacía tiempo que no la veía), no es amiga mía, ni mucho menos, pero me cae bien porque es sonriente y casi tan vieja como yo. Por cierto, se asombró mucho cuando supo que yo ya pertenezco a la Era Septuagenaria (ella debe estar en la Sexagenaria); al parecer, según ella, no aparento tanta edad, me lo tomé como un cumplido y se lo agradecí porque me puso de buen humor.
Le pedí unas recetas para ajustar algunas partes de mi cuerpo que no están a punto.  Me las hizo y bromeamos un poco sobre la conveniencia de tener sexo semanal o no (mis recetas tenían que ver con eso). Le confesé que no practicaba la sana costumbre del “sábado, sabadete” que ella mencionó, porque por cuestiones logísticas no podía, es decir, ni mucho menos tengo a personas del género de mi elección para esos menesteres, es decir el femenino, a mi disposición todos los sábados, pongo por caso (o yo a disposición de ellas), por lo que tengo que resignarme a una abstinencia obligada (ellas también tendrán que resignarse a mi incomparecencia en sus camas). Empatados todos ¡¡¡pues qué bien, maldita sea!!!
Luego fui a una nueva peluquería (el peluquero anterior ha decidido expulsarme de su cartera de clientes y no sé por qué, porque me parecía un tipo simpático, ya no, claro). La nueva me ha parecido muy bien, la peluquera (atención al dato), ha hecho un buen trabajo en mi cabeza, y por si fuera poco me cayó bien (en todos los sentidos). Volveré, por supuesto.
A mediodía vino Naty a arreglarme la cuenta de correo que había volcado caprichosamente. A cambio la invité a comer.
Por la tarde apenas si hice nada de provecho porque no me apeteció (tengo que ponerme a trabajar el relato del viaje recién terminado, de una puñetera vez). Luego, vino mi amigo Ángel, a las seis y media, para ver juntos el aburrido partido del Real Madrid de todas las semanas. Menos mal que miramos poco el fútbol y a cambio charlamos mucho, entre otras cosas, de lo viejos que vamos siendo ya (a él le quedan cinco para la Era Septuagenaria), le iré abriendo camino porque tendré más experiencia. Pedimos una pizza que compartiríamos los tres (también Mi Charlie), que salió a la terraza a vigilar la llegada del pizzero, que nunca llegó: al parecer se había fugado con nuestra pizza, según nos dijeron donde la pedimos, menos mal que no la habíamos pagado.
Por lo demás, estuvimos de acuerdo en todo, a saber: nos gustan las mujeres jóvenes y no las viejas (como nosotros), por eso tenemos tan poco sexo; en política, como siempre, acuerdo total: detestamos la insufrible dictadura de la corrección política, la nefasta, traidora y destructiva progresía actual; los malditos nacionalismos y otras muchas cosas más. Mi amigo y yo no somos revolucionarios, pero sí rebeldes, aunque contemplativos porque ya somos personas mayores. Ahora, mejor, ver el espectáculo y morirnos de risa (yo), pero no mi amigo porque está muy enfadado (no me preocupa porque se le pasará, como a mí).
La Fotografía: La buena gente (supongo) mayor haciendo turismo (como yo), en cualquier claustro de la ciudad de Salamanca. Dado el cariz que ha tomado la entrada de hoy (cuestiones sexuales), al margen de mi voluntad (las entradas, a veces, se escriben solas), me pregunto, observando la fotografía: ¿estas personas tendrán sexo, o ya no? (como yo). Pero, voy más allá todavía: ¿cómo es el sexo de los viejos? No hace mucho tiempo, una mujer, después de una satisfacción plena por parte de ambos, me parece, cometió la indelicadeza (ella era así), de decirme que había satisfecho la curiosidad de saber cómo sería el sexo con un hombre mayor. No la contesté, para qué.

Pepe Fuentes ·