3 SEPTIEMBRE 2023

© 1952 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
1952
Localizacion
Mis padres (Foto Aumente(
Soporte de imagen
DIGITAL 50
Fecha de diario
2023-09-03
Referencia
8502

ADENTRÁNDOME EN LAS TINIEBLAS 28
Domingo, tres de septiembre de 2023

Hoy, hace cuarenta y cinco años que murió mi padre. También era domingo y ocurrió exactamente a las siete de la tarde. ¿Dónde estaba yo en ese preciso instante? En una terraza de la gran plaza de la ciudad (ambas pequeñas, la ciudad y la plaza), tomando un refresco con mi mujer de entonces (Carmen) y mi pequeño y único hijo Gabriel, de tres años, en ese momento. Mi suegro de entonces, el penúltimo, vino a avisarme muy triste y apurado. Se llamaba Manuel y era una gran persona. Le aprecié sinceramente.
Mi padre cultivó su muerte con aplicación y constancia y logró su propósito pronto, a los 51 años. Él no quería vivir, aunque tampoco morir. Me temo que nunca supo bien lo que quería. Tan solo consiguió en la vida ser un hombre muy débil al que tuvieron que sacar adelante las mujeres que lo rodearon, bueno más bien, tan solo una, su mujer durante 27 años, Mi Madre. Una inmensa mujer, la más grande de todas.
Yo, ahora y desde hace bastante tiempo, he perdonado a mi padre todas sus debilidades y desatenciones porque, aunque me avergoncé muchas veces de él, lo quería y ahora sé que mucho. Entonces no lo sabía. Los padres siempre son perdonados, si no eres un malnacido. Hagan lo que hagan. A los padres se los quiere infinitamente más después de muertos.
Ahora, también sé que heredé casi todo de él, sobre todo la constancia, la suya en autodestruirse con el alcohol; y la mía en hacer cosas inútiles a todas horas y todos los días de mi vida. Ambos, mi padre y yo, de escasa inteligencia, pero de gran corazón y buenas personas los dos.  Y nada más.
Ahora ya, qué más da lo que fuimos, mi padre y yo.
La Fotografía: Mis padres solemnes, en el día de su boda. Mi padre, alto, de gran prestancia y guapo. No heredé su porte físico ni mucho menos, saltó de él a mi hijo, y yo en medio, como un bulto.

Pepe Fuentes ·