LOS DÍAS 58.3
Miércoles, seis de Septiembre de 2023
“Las obras de arte no pueden apoyarse más que en sí mismas. Ningún texto ha mejorado una obra de arte, pero el público se suele sentir inerme frente a una actividad artística cada vez más conceptual. Cuanto más avanza del autismo artístico más necesario se hace el catálogo como único elemento comprensible del acontecimiento”. Félix de Azúa
…Lo que me pasa en ese lugar, en esa profusa muestra de arte contemporáneo (término intercambiable con arte moderno, por lo que ambos se mezclan y confunden), es que no sé muy bien cómo situarme, supongo que lo mejor es en un confortable eclecticismo.
No obstante, lo expuesto en este museo es anterior a la segunda mitad del siglo XX., punto de inflexión para considerar la delimitación entre una época y otra en arte. Antes, en la primera parte del siglo, tuvieron una presencia más determinante el impresionismo y, sobre todo, las vanguardias.
De cualquier forma, y para no hacerme demasiados líos con el aluvión de novedades y estilos del siglo XX, me parece que lo que vino a establecer una clarísima línea divisoria, un antes y un después, fue la creación por parte de Marcel Duchamp, de la Fuente (1917). Significó la aparición de los ready made, tan decisivo en todo el arte posterior y que supone el final del arte clásico.
A partir de ese posible establecimiento de coordenadas, se podría decir que sí, que el contenido del Museo es moderno o contemporáneo; pero eso sí, de la primera época.
El problema no era tanto semántico, ontológico o temporal; si no de la calidad de las obras…
La Fotografía: Podría decir que esta es la obra que más me gustó de toda la exposición: al menos es ambiciosa, original y aparatosa. Y lo es porque está concebida para autoimponerse. Supongo que detrás, el concepto, pero no supe cuál era, ni falta qué hacía porque las obras si son interesantes deben decir por sí mismas (en realidad no estoy muy seguro de que esta obra fuera verdaderamente interesante, más allá de chocante).