LOS DÍAS 58.2
Miércoles, seis de Septiembre de 2023
“Ningún sector de la vida es tan exiguo e insignificante que no ofrezca espacio a las aspiraciones artísticas”. Gustav Klimt
… El caso es que entré en el museo de un excelente humor y ganas de gastarlo. Ya apenas me acordaba con detalle del fondo expuesto en mi anterior visita (2019), que era el mismo, seguramente. Lo que sí recuerdo es que quedé muy impresionado por la arquitectura y espacios expositivos, así como de los restos árabes que todavía se pueden ver; pero no de la obra expuesta. A grandes rasgos, me refiero, porque de algunas sí.
Lo que estaba claro era que me sentía satisfecho de la decisión que había tomado de visitar nuevamente el museo. Sí, porque si la ciudad la conoces por fuera como es el caso, mejor adentrarte por los interiores decorados para ser mirados y hasta vistos.
Veamos, entraré en algunos de los detalles de lo que me pareció ver: al parecer, la casi totalidad de la obra expuesta es de un coleccionista, un tal Roberto Polo, de origen cubano y estadounidense y todo al mismo tiempo (y ahora, medio español también, supongo). Nada más entrar hay una foto suya, en la pared de la derecha, en plan artístico, con un libro delante para indicar, supongo, que es un hombre muy ilustrado (el libro era muy grande); y un retrato al óleo, de cuerpo entero y de pie, extremadamente soso y malo, en la pared izquierda. No me fijé en quién era el autor, por razones obvias. Cuidado con los detalles, son muy importantes, me dije.
Una sospecha me acompañaba obsesivamente: este sitio y nosotros todos somos provincianos, a pesar de la simpatía y discreta elegancia de los vigilantes. Me consolé pensando que mejor eso que nada. En mi ciudad, para encontrar algo de excelencia contrastada hay que retroceder cuatrocientos años al menos (la ciudad languideció oscuramente durante el mismo periodo de tiempo, más o menos).
La Fotografía: En mi deambular por el edificio (a veces volvía sobre mis pasos, no tenía nada mejor que hacer), me encontré, en un corredor de la segunda planta, con un maravilloso piano. Lo fotografié, cómo no.