COLECCIÓN DE MISCELÁNEAS 36
Domingo, diecisiete de Septiembre de 2023
Continuación…
“Del Timeo de Platón a los hospitales posmodernos, la distancia no es tan grande… El cuerpo real, a diferencia del ángel, bebe, come, duerme, envejece, sufre, digiere, defeca, muere; no se compone de éter, sino de sangre y nervios, de músculos y linfa, de quilo y huesos, de materia; ignorante de la parte noble, de un principio inmaterial con el cual podría relacionarse con lo Mismo que aseguraría su salvación. -el contacto con Dios y lo divino, de igual factura-, triunfa como inmanencia pura… La construcción del cuerpo occidental se llevó a cabo con la neurosis de Pablo de Tarso, gran abominador de sí mismo, que transformó ese asco en desprecio de lo terrenal y del mundo, al que incita a odiar. Varios siglos de patrología griega y latina, de escolástica medieval y de filosofía idealista, sustituidos por predicas sermones y discursos, simplificados por el clero, dirigidos al vulgo, y también más de mil años de movilización de un arte de propaganda, dejaron como herencia un cuerpo mutilado que sigue buscando su redención por medio de la unidad recobrada de un monismo rico en nuevas posibilidades existenciales”. Michel Onfray
La Fotografía: Escultura de Ícaro, de Igor Mitoraj, en el valle de los templos en Agrigento (Sicilia); que no es ángel, pero se parece (tiene alas y un cuerpo angelical). No lo sé, pero se me ocurre que la iconografía cristiana puede que adoptara el cuerpo mitológico de Ícaro para representar a sus criaturas aladas, a las que llamó ángeles, al menos todo se parece demasiado. Viaje realizado con la última mujer.