EL DÍA DE LOS EPÍLOGOS 30
No, no ha sido un buen mes (ya ninguno lo es). Unos son malos y otros… peores.
Pero no quiero traer aquí el lamento lacrimoso; sencillamente porque eso no es interesante. Solo aburre hasta el bostezo.
Veamos cómo se ha portado el diario este mes (tengo que volver atrás para acordarme de todas las digresiones vivenciales, porque se me olvidan enseguida).
El capítulo estrella ha sido el de Los Días (14 entradas), y en este aspecto se ha comportado como un cajón de sastre en el que hasta ha habido un microviaje a mi ciudad con visita
a un Museo, el de Arte Contemporáneo (término engañoso pero útil porque resume o simplifica tanto la percepción del tiempo como del arte).
Los catorce días me han dado para mucho, hasta para confesiones inconfesables y llorosas. Este mes ha sido un poco caótico, pero así se quedará porque así ha sido.
Mi caro apartado de Adentrándome en las Tinieblas (6), se ha ocupado de infaustos aniversarios
y otras variadas catástrofes: separaciones; la muerte de mi padre; sabidurías ya inalcanzables; deseos imposibles y de la recurrente depresión, que nunca falta a la cita (es un clásico).
El capítulo que ha tenido gracia (bastante) ha sido el de la Colección de Misceláneas (6),
porque me he adentrado en dos campos que me son extraños y ajenos: actualidad política y filosofía (este último, por afición, menos ajena);
sin embargo, lo de la política es inabordable para mí porque tiene que ver con la actualidad y la sociológica, y ni una cosa ni otra me interesan
(sobre todo la actualidad, porque los septuagenarios ya estamos en otra pantalla vivencial).
El apartado del diario que más me gusta es el Diario Íntimo (3), pero el menos visitado este mes, lo que no deja de ser mentira
porque se me ha colado por las rendijas de todos los demás apartados. Pero, me resisto a que todo el diario se componga de este solo capítulo.
Por definición y naturaleza, lo diarios o son íntimos o no son. Y este lo es, ya lo creo.
En este mes he estado de viaje, pero eso lo contaré el mes que viene.
La Fotografía: Lo más importante del mes en mi vida sucedió el día nueve, donde me dieron la gran noticia de que el tumor de Mi Charlie era benigno
(lo decía el informe veterinario, pero me pregunto, cómo se puede calificar a un tumor de benigno, más bien habría que decir, en el mejor de los casos: No maligno).
Por eso, hoy traigo una foto de mi Charlie de hace ocho años, cuando todavía no sospechaba lo duro que sería soportar las enfermedades
que fueron viniendo, pero que ha resistido cono el héroe que es. Mi Charlie es un perrito atómico.