6 FEBRERO 2024

© 2018 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2018
Localizacion
Lisboa, Portugal
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD DELTA 3200
Fecha de diario
2024-02-06
Referencia
8475

DIARIO DE LA NADA 1
¿Hay peor castigo que ser niños por segunda vez? Marcelo Lillo
Jueves, uno de febrero de dos mil veinticuatro

Anoche, no sé porqué, tocó mala.
Primero somnolencia, poco después, ojos abiertos y sueño espantado, aventado, dado a la fuga; deseado, pero imposible de alcanzar. Era como una amante ansiada de la que solo sufría negativas y desaires, y nunca su fruto húmedo.
Me conecté a una novela, tipo thriller, Púa, entretenidísima, de Lorenzo Silva (al que no había leído), sin guardias civiles, sus protagonistas habituales, al parecer. No me gusta la estética de ese cuerpo de seguridad, la tengo asociada a mi niñez, a un tiempo tan remoto que hasta dudo de haber vivido en él; cuando llegaban andando lentamente por un camino interminable donde al final se encontraba nuestra casa de guarda rural que era mi padre, con sus capas y tricornios, en parejas sombrías, aunque campechanas y no, algo de su puesta en escena no me gustaba, me provocaba desconfianza y un poco de miedo. Tampoco le gustaban a mi perro de entonces, Farolín, que les ladraba furiosamente, como si fuera a lanzarse a su garganta, y Farolín era un perro muy grande (mastín). Ellos temblaban. Yo me sentía muy orgulloso de aquel perro tan salvaje y noble al mismo tiempo. Era un guardián intuitivo y valiente. No se arredraba con nada. A mí me adoraba y yo a él.
Púa, en audible como puerta de entrada del sueño tampoco me funcionó y la noche fue transcurriendo en blanco y encima de la novela apenas me enteraba.
Algunas cuestiones logísticas que pretendo controlar y sacar adelante se me resisten y no consigo hacer que se muevan. Son cosas odiosamente prácticas como arreglar la fachada de mi casa (y de Naty).
Ya no estoy para esos quebraderos.
Solo quiero vivir en suspenso, rodeado de una realidad que no me aluda ni me exija. En la que viva pero como un evanescente invitado mimado, lo que siempre fui, pero ya no. Querido y acariciado.
La Fotografía: Me pregunto: ¿querría ser niño otra vez? No me contesto, a pesar de ser alma gemela de Marcelo Lillo (sobrecogedor escritor del que ya traje citas al diario no hace mucho tiempo, en las que decía cosas como: “Con mi mujer y mi perra me basta y me sobra» (evidentemente sin niños). Yo,  en mi vida de ahora (hay varias vidas contenidas en una sola):  vivo con mi hijo lejos, ni siquiera con mujer, y perro solo en tiempo demediado. El niño que podría volver a ser tendría que escalar una pared vertical en cueros, como el de la foto, para no llegar a ninguna parte, por lo que cuando alcanzara la última ventana me arrojaría al puñetero suelo, espantado ante la posibilidad de tener que volver a hacer tan mal las mismas cosas.

 

Pepe Fuentes ·