15 ABRIL 2025

© 2025 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2025
Localizacion
Fundación Mapfre. 1924. Otros surrealismos
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2025-04-15
Referencia
10797

MONÓLOGOS SOBRE ARTE 29.3
“Quisiera pintar un cuadro fabuloso en el que vivir, en el que pudiera vivir. Cuando pinto estoy en realidad en todo el cuadro”. Paul Delvaux
Jueves, veintisiete de marzo de dos mil veinticinco

“El enigma Delvaux está en sus escenarios donde decora los sueños”. Julia Luzán.
El surrealismo se bifurca por sendas singulares, distintas entre sí, en cuanto al planteamiento de origen, pero que finalmente pueden convivir unas junto a otras, y la prueba es esta exposición, que si bien reunía a algunos de los grandes artistas surrealistas (con obras no tan importantes), también había otros desconocidos (para mí), o de menor entidad dentro de las coordenadas del movimiento, e incluso los que podrían considerarse disidentes o expulsados, como Dalí, que junto a Magritte y Delvaux, no se integraron formalmente en el grupo surrealista, manteniendo los tres su independencia dentro de un figurativismo hiperrealista onírico. Había obras de todos ellos en la exposición.
“La poesía me acerca a los surrealistas. La teoría me echa para atrás”.  Paul Delvaux
Uno de los grandes capítulos del canon surrealista es el conectado al aspecto más propio del ideario de André Breton y el primer manifiesto surrealista: los automatismos y espacios del sueño.
José Jiménez, en El surrealismo y el sueño, establece un punto de partida a partir de la formación del movimiento: “Automatismo psíquico, escritura automática, sueño. Junto con la voluntad de una renovación poética intensa, esos son los elementos fundamentales que acabarán conduciendo definitivamente a la formación del grupo surrealista en 1924”.
Se podría afirmar que el surrealismo, por encima de cualquier otra variante, es por antonomasia asociaciones libres que vuelan más allá de la conciencia o de la lógica…
La Fotografía: La Aurora (1924). Paul Delvaux.
La exposición de Paul Delvaux, “Paseo por el amor y la muerte” pudo verse en el Museo Thyssen-Bornemisza, desde el 24 de febrero al 7 de junio de 2015. Naturalmente, la vi.  La recuerdo como una experiencia grande, sugestiva, gozosa por la belleza y la poesía que contenía, con alusiones a la muerte (esqueletos y crucificados) y al amor, con mujeres desnudas en escenarios oníricos, misterioso, sombríos. Aquella exposición se me ha desenfocado un poco y ni siquiera sé ahora si escribí sobre ella, supongo que sí, pero no lo he buscado porque prefiero que no condicione mi relato de esta, la que vi el otro día, donde había algunas obras de Delvaux.

Pepe Fuentes ·