DIARIO DE LA BELLEZA 8.1
“¿Cuándo lo terminarás?
Sí, ya sé, ¡cuando lo acabes!” Julio II (Papa), a Miguel Ángel Buonarroti, en la película El Tormento y el Éxtasis (1965), de Carol Reed.
Martes, veintinueve de abril de dos mil veinticinco
En este comienzo de primavera florecen los papas en mi vida: Julio II, en la película El Tormento y el Éxtasis; las películas: Habemus Papam, Los dos papas y Cónclave; un documental sobre el Papa Francisco, de Wim Wenders. Otro Papa llegará pronto, a primeros de Mayo, y veremos cómo será, aunque todos se parecen porque la creencia, el poder y los protocolos los igualan.
Todos ellos viven en un entorno pleno de belleza al amparo de la disciplina eclesiástica, la tradición que nunca cambia, el poder y el dogma, o, por mejor decir, la Fe.
Ayer vi la película de Carol Reed, El Tormento y el Éxtasis (1965), excelente título y mejor película, realizada en la época en la que los hitos históricos se contaban épicamente. En los grandes títulos, confluían un ajustado y creíble sentido histórico con la belleza cinematográfica y esa feliz conjunción cristalizaba en arte. Gran satisfacción poder ver ahora esas recreaciones.
Las localizaciones, como las canteras de Carrara, las ciudades, las ambientaciones de época, también los campos de batalla de las guerras que libraba Julio II por mantener el poder y la preponderancia de Roma, el vestuario, el tempo narrativo y los personajes renacentistas y eclesiásticos hacen que esta película sea grande; a pesar de que los comentarios críticos fueran, muchos de ellos, despreciativos, infravalorándola hasta calificarla de banal, aparatosa, pretenciosa. Nada de eso me ha parecido, todo lo contrario.
Sin ir más lejos, la muy celebrada y reciente Cónclave, me parece una obra de ínfimo valor comparada con esta, sencillamente porque es puro entretenimiento y poco más, mientras que la película de Carol Reed, afronta una interpretación histórica del contexto del Renacimiento, nada menos, y de la creación y desarrollo de la mayor obra de arte pictórico de la historia, y lo hace con rigor, seriedad y profundidad en la creación de los dos grandes personajes protagonistas…
La Fotografía: Bellísima y evocadora ambientación cinematográfica de una calle de la Roma renacentista.