“Todo es mío y nada me pertenece,/ nada pertenece a la memoria,/ todo es mío mientras lo contemplo”. Wislawa Szymborska (Elegía turística)

VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
Epílogo II:
lunes veintinueve, por la mañana.

“Emociones difusas, percepciones desordenadas, apreciaciones fraccionadas, fragmentos y pedazos de lo real sin relación a priori más allá de su recepción en un lugar y en un tiempo, a una hora y en un sitio precisos”. Michel Onfray

A lo único que puedo llegar es a ser un flâneur descomprometido con el mundo y conmigo mismo. Pero eso sí, no por eso me resigno a permanecer pasivo. Eso nunca.
En la dicotomía actividad-pasividad, es donde te juegas la vida, viene a suponer: vivir sí-vivir no.
También me pregunto: ¿es importante llegar al fondo de algo? Me contesto: no, en absoluto.
Todos tenemos nuestra hechura y lo único importante es intentar alcanzar el modo de vivir con arreglo a ella, sin demasiadas pérdidas. Ejemplo: a México hemos viajado con arreglo a nuestro natural modo de hacerlo, el que nos ha salido espontánea y automáticamente a partir de nuestros medios y capacidades y, en ese sentido, solo podemos estar satisfechos. Objetivo cumplido, satisfacción alcanzada. Todo perfecto. Mejorable, sí, sin duda, como todo, pero si no, pues no. No pasa nada.
Nos ha salido justo como lo que somos, turistas y no viajeros, y no lo somos porque no, porque no nos sale. Por algo será.
Por otro lado, no hay causa de preocupación, porque, al fondo fondo de cualquier cosa nunca se puede llegar, y mucho menos al de un país lejano en tan solo unos días.
En consecuencia, la clave está en hacer solamente lo que a uno le quepa en sus costuras. Ya está.
Por mi parte, siempre, tan solo he aspirado a que mis modestas vivencias y actuaciones me resultaran favorables dentro de mis límites.
En cuanto a los viajes que pueda hacer (cada vez menos) y a todo lo demás, deseo conseguir la máxima satisfacción gracias a oportunas y adecuadas decisiones que podamos tomar. Sin más.
“…viajar supone el desajuste de todos los sentidos, y luego su reactivación y su recapitulación en el verbo”. Michel Onfray
Fin de esta historia de un viaje de diecisiete días, contada desde noviembre del pasado año hasta hoy mismo, o dicho de otro modo: en ochenta y cinco fotografías e igual número de textos.
“Todo es mío y nada me pertenece,
nada pertenece a la memoria,
todo es mío mientras lo contemplo”.
Wislawa Szymborska (Elegía turística)