“…viajar supone el desajuste de todos los sentidos, y luego su reactivación y su recapitulación en el verbo”. Michel Onfray
VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
Prolegómenos I:
jueves once, antes de salir.
“…viajar supone el desajuste de todos los sentidos, y luego su reactivación y su recapitulación en el verbo”. Michel Onfray
Un nuevo viaje, este año, a Latinoamérica.
La perspectiva no podía ser más estimulante.
Fotográficamente temía que no resultaría fácil.
No sé muy bien qué es lo fácil o lo difícil en este aspecto.
Sí, sé que es difícil que, desde el itinerario y ritmo meramente turístico, se pueda pergeñar un relato fotográfico que transcienda la inmediata apariencia de lo que ves, o simplemente miras.
La fotografía, o es develadora o es pura mecánica.
Turistear: simples actas de presencia; o Fotografíar (con propósito): noble deseo de aprehender, revelar e intentar declinar la belleza.
En los viajes me comporto como un individuo escindido: fotografío como los turistas (incesantemente) y al mismo tiempo busco y busco, también incesantemente, el lado en sombra de lo que veo.
Es precisamente ahí, en esa zona de duda e incertidumbre donde se esconde el talento o su ausencia…
VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
Prolegómenos II:
jueves once, por la tarde noche.
Salimos hacia la terminal cuatro del aeropuerto de Madrid a las siete de la tarde.
Pasamos los ineludibles y molestos controles de siempre y esperamos. Embarcamos a las doce menos cuarto.
A mi estado de ánimo le faltaba el punto de ilusión e inquietud del inicio de un viaje a un país lejano y desconocido.
Echaba de menos esos momentos de excitación de las excursiones escolares o los viajes de juventud, ya perdidos para siempre.
Por el contrario, la sensación era un tanto escéptica y cansada lo que me hacía preguntarme si todavía era necesario ir hasta tan lejos, seguramente para nada.
No hice caso a la pregunta.
A las doce y cuarto el comandante informó que el avión tenía una avería en una puerta y que llamarían a un mecánico para conseguir que la puerta cerrara herméticamente !!!No empezábamos bien!!!
A las doce y media el avión seguía varado, con la puerta averiada.
Imaginé al mecánico forcejeando con llaves y martillos y sentí miedo.
Me preguntaba si no estaríamos a punto de iniciar el último vuelo de nuestras vidas: la puerta cayendo al mar, la cabina despresurizándose y precipitándonos todos al inmenso y tenebroso atlántico –qué manera tan estúpida y dramática de acabar- me dije…
VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
México DF:
viernes doce, de madrugada.
Seis de la mañana. Llovía.
Nos recibió un tipo adusto y silencioso con el que apenas cruzamos palabra.
Desde el aeropuerto hasta el hotel viajamos en coche en un silencio absoluto.
Atravesamos zonas de la ciudad oscuras o con pobres farolas que arrancaban cinematográficos e inquietantes reflejos en el asfalto.
El hotel nos causó una grata impresión: confortable y más que suficiente. Muy bueno, diría.
Desayunamos y nos quedamos en la habitación hasta las diez de la mañana.
Seguí hostigándome con insistentes preguntas: ¿qué haremos en México? o ¿a qué hemos venido hasta aquí?
Apenas conocíamos nada del país y eso no sabía si era bueno o malo.
Dice Paul Theroux: “Viajar desconociendo la historia de una región te incapacita para entender los -porqués- de las cosas y las personas”.
Una vez más, no habíamos preparado apenas nada: nos estábamos comportando como turistas y no como viajeros, sencillamente porque tan solo esa es nuestra condición ¡¡¡Somos turistas!!!…
VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
Prolegómenos III:
viernes doce, madrugada.
Diez horas después de salir de Madrid y muy cerca de México DF, las ilusiones por el viaje seguían ocultas. Quizá debido a que habíamos dormido mucho gracias a media pastillita, que siempre ayuda en estos casos.
Lo que estoy escribiendo ahora carece de interés, pero es necesario hacerlo ya que si no el olvido lo cubriría todo y del vuelo no me acordaría en absoluto.
La pregunta seguía siendo: ¿es necesario este viaje?
Continué mudo.
A menos de una hora de aterrizar, de pronto, me tendí una trampa muy tonta diciéndome: -qué más da fotografiar o no-.
Sabía que lo haría porque es el único sentido que encuentro en viajar.
Sin mis viejas cámaras a mano, me quedaría en casa leyendo libros de viaje.
Sospecho que confío más en lo que han visto los demás o en lo que pueda ver mi vieja Mamiya.
Yo cuento poco…
“…no sólo se trata de saber observar, sino que es preciso descubrir los signos ocultos en lo que se observa”. Reiner Stach