Eran esculturas de dioses y héroes prehispánicos de gran fuerza y aparatosa belleza.
VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
Teotihuacán III:
domingo catorce, por la mañana
Me gustó bastante ese brillante individuo que hablaba como un conferenciante y que era capaz de mezclar las más inverosímiles teorías con las más persuasivas técnicas de venta.
No obstante, mientras escuchaba con interés al sorprendente y talentoso vendedor, no le quitaba ojo a las muchas esculturas de considerable tamaño que había repartidas por la explanada donde nos encontrábamos.
No paré de alimentar el deseo de dedicar un rato a fotografiarlas.
Eran esculturas de dioses y héroes prehispánicos de gran fuerza y aparatosa belleza.
Llegó el momento de la verdad: entrar en la tienda a comprar artesanía, pero yo solo tenía en la cabeza las posibles fotografías que deseaba realizar. Alocadamente, y para terminar pronto, elegimos algunas cosas que verdaderamente nos gustaban y salí corriendo a coger el equipo para fotografiar.
Me desentendí de la cuenta y como Naty no suele regatear (yo tampoco suelo hacerlo) cuando volví me encontré que casi nos habíamos arruinado.
Si un deseo fotográfico me acucia, soy capaz de tomar las peores decisiones, y hasta correr todo tipo de peligrosos riesgos.
Lamenté tanta irresponsabilidad por mi parte…
VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
Apéndice IV:
Textos (varios autores) sobre el contexto y época en el que
Hernán Cortés llegó a Tenochtitlan
“Cortés brilló por su valentía como soldado junto a capitanes como Sandoval y Alvarado; con un coraje excepcional en la batalla de Otumba, que recondujo la previa tragedia de la Noche Triste. Y el conquistador supo acabar con cualquier pretensión de los menos valientes de volver a Cuba con el amargo sabor de la derrota”.
“Fue Cortés, igualmente un gran diplomático, que consiguió la alianza de las más aguerridas naciones indias originarias contrarias a los aztecas. Y asimismo se convirtió en un verdadero estadista al fundar la Nueva España, que rigió directamente por casi cuatro años como gran gobernante: abriendo caminos, creando monasterios, hospitales, puertos, nuevas ciudades, etcétera. Y respetando personalmente a los indios, a quienes había vencido y también admirado por su valor”. Ramón Tamames
VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
Teotihuacán II:
domingo catorce, por la mañana
Pero, entre las muchas y abrumadoras teorías que nos ofreció este arrebatado divulgador, la que más me impresionó fue la que situaba físicamente el alma en el centro mismo del cerebro.
Lo escenificaba señalándose con un dedo, e inconmovible seguridad, el centro mismo de la frente (quizá, la hidrocefalia aguda que padecía este tolteca, fue a causa de una tormentosa actividad del alma).
Su certeza no daba lugar a dudas.
Había necesitado viajar lejos, hasta la sombra de un árbol en Teotihuacán, para encontrar, inesperadamente, la respuesta a un enigma que, aunque no me atormentaba, sí me había intrigado desde siempre: saber si el alma existe y dónde se podía encontrar. Por fin tenía la respuesta para las dos preguntas. ¡¡¡Respiré aliviado y agradecido a ese locuaz vendedor de delirios!!!…
VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
Teotihuacán I:
domingo catorce, por la mañana
Del complejo Mariano, nos trasladamos a las inmediaciones de la ciudad prehispánica de Teotihuacán; a una tienda de exposición y venta de productos de artesanía.
Salvador nos presentó a todo un personaje (el vendedor) quien nos llevó hasta una sencilla mesa de piedra, debajo de un árbol, e inició una verbosa y arrebatada disertación sobre todo tipo de prodigios, esotéricos casi: las propiedades y virtudes de las piedras (cuarzo, obsidiana, piritas y otras muchas); el tremendo generador de energía de las construcciones piramidales; el efecto curativo y benefactor de plantas y productos naturales. Salvo pirámides, todo lo demás lo vendía allí mismo…
DIECINUEVE DE OCTUBRE… ÉRASE UN PAÍS LLAMADO ESPAÑA POSTRADO DE RODILLAS ANTE SUS ENEMIGOS (ELLOS): lo de la sentencia judicial del catorce de octubre, que ha condenado a los rebeldes a penas medrosas e indulgentes, solo ha sido un pretexto, una anécdota casi trivial, banal, que ha provocado el estallido de los más vívidos sentimientos de odio y aversión de un pueblo (ellos) contra otro pueblo (nosotros). Bien, cuando escribo esto llevamos seis días de la más arrebatada expresión de violencia contra nosotros que soportamos indignamente, como los derrotados que somos. Aguantamos, sumisa y pasivamente, una agresividad rayana en la confrontación bélica. Dado que el odio y la ruptura ya son irreversibles, porque ellos y nosotros nos odiaremos de por vida durante generaciones, solo quedan dos posibles soluciones, una: rendirnos y permitirles que salgan de la nación española (dentro de unos años el desgarro estaría asumido y olvidado), y dos: vencerlos militarmente, como siempre ha sido a lo largo de la historia de la humanidad, hasta ayer mismo; cuando dos pueblos se han odiado, irremisiblemente han entrado en guerra y han ganado los mejores o los más fuertes (y no pasa nada por ello, siempre ha sido así y la humanidad todavía permanece sobre la faz de la tierra). De ambas opciones, y dado que ya no es momento de sangrientas, ridículas e inútiles guerras, yo me inclino por la primera (no soporto a esas gentes, solo me apetecería destruirlos) para que esto acabe de una puta vez y podamos olvidarnos de ellos para siempre. Esgrimen una insensatez dialéctica tan solo alimentada por una visceralidad primaria que pretende convertir lo blanco en negro, la verdad en mentira, lo positivo en negativo y así ad infinitum. Insoportable e irritante situación. Inadmisible desde presupuestos básicamente racionales (ellos han descendido a la noche de los tiempos). Los españoles no nos merecemos una afrenta diaria, que nos escupan y agredan a todas horas, todos los días y durante años y años, y así hasta el final de los tiempos. Y, por supuesto, esa vía de “diálogo” por la que abogan los políticos pusilánimes y prevaricadores (nos engañan) es una falacia y una aberrante e interesada mentira. Si una de las partes juega a victoria o muerte, es imposible el diálogo. No merece la pena, hemos llegado a la dicotomía del olvido (de ellos) o destrucción (también de ellos), no hay término medio. Pero, por favor, que en manos de quien esté, que acabe de una puñetera vez con esta tediosa e ignominiosa situación.