A pesar de la belleza, armonía y proporcionalidad de los espacios, la contemplación se ahogó enseguida.

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Monte Albán (México)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD DELTA 400
Fecha de diario
2020-04-23
Referencia
9675

VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
Oaxaca
:
jueves, dieciocho, por la mañana

Dejamos la habitación y guardamos el equipaje en el hotel (teníamos que irnos a la caída de la tarde).
Nos recogió el mismo muchacho del día anterior. No llevamos guía, solo conductor (mejor).
Primero fuimos a los yacimientos arqueológicos de Monte Albán. Se trataba de una ciudad fundada hace dos mil quinientos años, más o menos. Grandes espacios diáfanos que fueron plazas y lugares de celebración y vida cotidiana. Alrededor, plataformas y escalinatas, seguramente restos de edificios de gobierno y templos.
Recorrimos el recinto muy despacio, fotografiando sin demasiadas ganas. El turisteo fotográfico es tan previsible e insustancial que siempre resulta decepcionante.
El paseo duró en torno a dos horas y media. A pesar de la belleza, armonía y proporcionalidad de los espacios, la contemplación se ahogó enseguida.
La pulcritud de los lugares turísticos, los dichosos centros de interpretación, cartelería y charlas de guías, sellan cualquier resquicio para imaginar el mundo que pudo desarrollarse allí; despojan a los sitios de sugestión y misterio a cambio de olvidables didactismos.
Después, nos dirigimos a un taller de cerámica hecha con tierra negra. La fundadora  de ese tipo de cerámica fue una mujer nacida en 1900 que, por las fotografías y retratos a lápiz que tenían expuestos, parecía una creadora de gran personalidad y talento.
Compramos dos o tres piezas pequeñas. Nos costaron 450 pesos (22,5 €).
El conductor nos devolvió al hotel donde comimos en la terraza, al sol.
Llevábamos una semana de viaje. El tiempo había pasado fugaz y levemente, en un movimiento sobre nosotros que podría parecerse a la felicidad, aunque no sepa exactamente en qué consiste ese inaprensible estado.
Decididamente viajar es un placer único, especial, pleno; una experiencia incomparable a cualquier otra que se pueda vivir.
A las cuatro salimos a callejear sin rumbo fijo. Queríamos despedirnos de la ciudad que tanto nos había gustado. Había fiesta en la calle. Una comitiva de gentes y danzantes seguidos de una pequeña banda de chicos jóvenes que tocaban música festiva.
A las cinco y media la tormenta acudió a su cita diaria. Paseamos hasta el momento en que nos vimos obligados a protegernos de la lluvia.
Nos refugiamos en un bar de copas para hacer tiempo hasta que nos recogieran para llevarnos a la estación de autobuses.
A las siete y media vino Carlos, el muchacho de todos los días. Embarcamos en el autobús a las ocho, rumbo a Chiapa de Corzo. Fue una pena abandonar una ciudad de gran carácter, de una arquitectura singularísima, luminosa, bella, festiva, vital…

© pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Fecha de diario
2020-05-23
Referencia
9724

VIAJE A MÉXICO, Julio 2019.
De Campeche a Mérida. Kabah y Uxmal:
jueves veinticinco, por la mañana.

Salimos a las ocho y media en dirección a Mérida. Nuestro guía-conductor, llamado Emilio, hablador y animoso, se empeñó en relatarnos los procesos agrícolas y ciclos naturales de los lugares que atravesábamos: campos al borde de la selva misma.
Hablaba intermitentemente. Con el ruido del coche no era fácil entenderle.
A las once llegamos a las ruinas mayas de Kabah. Empleamos una hora en ver el recinto, pequeño pero con elementos decorativos sofisticados, entre ellos dos figuras de personajes importantes adosados en la pared de un templo dedicado al Dios Chaac de la lluvia.
Las iguanas se enseñoreaban por el lugar.
De Kabah a Uxmal, donde llegamos a las doce.
Se trataba de un conjunto de construcciones Mayas, espectaculares y bastante bien conservadas: Pirámide del Adivino (la fotografía de hoy), Gran Pirámide, el espacio llamado el cuadrángulo, Palacio del Gobernador, Casa de las Tortugas, Casa de las Palomas, el Cementerio y algunas más.
Después nos dirigimos a una hacienda de origen colonial llamada Ochil, donde comeríamos. Buena comida, acompañados por Emilio, con el que seguimos charlando sobre México.
Después de comer continuamos viaje hasta Mérida.
Llegamos a la ciudad a las cinco y media, bajo el intenso diluvio de cada tarde. El hotel Marionetas (de los llamados boutique) fue una agradable sorpresa, con una decoración nueva, actual, cuidada y toques propios de cultura y artesanía de la zona.
Después de ducharnos y esperar a que escampara salimos a callejear. No nos llevamos las cámaras porque era prácticamente de noche.
Llegamos a la plaza grande, donde se encuentra la catedral, y continuamos por calles aledañas hasta llegar a la plaza de Santa Lucía, donde había bastantes terrazas de restaurantes.
En la plaza estaba prevista, a partir de las ocho, la actuación de un grupo de música popular. Aunque era pronto, nos sentíamos algo cansados y decidimos volver.
En una de las esquinas de la calle donde se encontraba el hotel, había un bar llamado La Negrita, que se adivinaba muy concurrido.
Decidimos entrar a tomarnos una copa. Era muy grande, ocupaba varios espacios y hasta tenía un patio interior.
La música sonaba muy alta. Conseguimos una mesa en el patio pero enseguida comenzó a llover por lo que tuvimos que refugiarnos dentro en un huequito en una de las barras.
Tomamos unas cervezas con patatas fritas y después un cóctel de mezcal.
Un tipo joven que se encontraba a nuestro lado se dirigió a Naty y conversaron un rato. Yo me inhibí.
Cuando más a gusto estábamos, en torno a las nueve, nos informaron de que cerrarían la barra en media hora y el bar a las diez. Nos contrarió porque nos sentíamos muy cómodos en ese bar.
Nos acostamos a las diez y media.

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Uxmal (México)
Soporte de imagen
-120 MM- SFX 200 (400)
Referencia
9722
© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Chichen Itza (México)
Soporte de imagen
-35 MM- ILFORD SFX. 200 (800)
Fecha de diario
2020-05-26
Referencia
9621

VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
De Mérida a Chichen-Itzá:
sábado veintisiete, por la mañana.

Gran cansancio. Nada que tuviera que ver con el viaje me interesaba ya.
No obstante, nos dispusimos a abordar la visita de la más espléndida ciudad maya que visitaríamos: Chichen-Itzá.
La excursión, sin retorno a Mérida, era en grupo.
La guía, una mujer en torno a la cuarentena, se mostró simpática y comunicativa al recibir al grupo con el que tendría que cargar. Fue coordinando la incorporación de la gente con la que compartiríamos el viaje y la visita.
Partimos a las nueve y cuarto. Llegamos a la prometedora ciudad a las once.
La ciudad en sí era absolutamente impresionante, sin duda la mejor conservada. Bellísima. Todas sus construcciones guardaban una proporcionalidad y armonía extraordinaria.
Fotografié procurando mantener una cadencia de imágenes y, dado que no se permitía subir a las construcciones, era posible hacerlo de un modo bastante limpio, sin turistas que lo afeáramos con nuestros omnipresentes e impúdicos cuerpos. El calor era asfixiante.
Espectacular el campo de juego de pelota con el palco de visión privilegiada del rey. No había gradas para los espectadores por lo que no supimos de qué modo el pueblo presenciaba el espectáculo.
Alrededor del campo de juego había unos altorrelieves que mostraban a jugadores siendo degollados y arrojando sangre por sus cuellos (creo que no se sabe si los degollados eran los perdedores o los vencedores).
La fotografía de hoy muestra el palco desde donde el rey presenciaba los juegos de pelota.
También, repartidos por el perímetro de la ciudad, se conservaban diversos edificios que se destinaron a distintos usos: mausoleo, observatorio y algunos otros…

© pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Fecha de diario
2020-05-16
Referencia
9607

VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
Río Usamascinta, Ciudad maya de Yaxchilán
:
lunes veintidós, por la mañana

Llegamos a un embarcadero desde el que ascendía una pronunciada pendiente hacia una tupida maraña de altos árboles.
Nos adentramos en la selva y enseguida accedimos a los restos de la ciudad Maya de Yaxchilán.
Diversas construcciones se mantenían en pie, deterioradas aunque todavía sólidas.
El guía se esforzó en explicarnos los diversos restos de edificios, así como las ceremonias rituales en las que los sacerdotes sacrificaban víctimas para mayor gloria de dioses y gobernantes.
Según él, el espectáculo de la sangre corriendo a raudales por las escalinatas de altares y túmulos excitaba los instintos y mórbidas pasiones de la tribu. Además, los gobernantes obtenían el beneficio añadido de fomentar el espíritu de pertenencia y de subordinación. Las masas siempre se han excitado con esos pavorosos espectáculos. Está en la naturaleza humana y en muchos pueblos, culturas, religiones y épocas.
Los restos umbrosos de la ciudad estaban impregnados de musgo debido a la gran humedad que exudaba la intrincada selva que se cernía alrededor.
Desafortunadamente, durante la visita estuvimos rodeados por una considerable profusión de turistas, exactamente iguales a nosotros. No sé por qué contradictoria y exclusivista razón nos molestan tanto los turistas si nosotros también lo somos. Debe ser porque afean y entorpecen las “excelsas fotografías” que realizamos. O tal vez, porque hacen un ruido que perturba la “exquisitez de nuestro espíritu”. Tiene gracia.
Regresamos a las lanchas y remontamos la corriente, una espléndida experiencia, hasta llegar al embarcadero del que habíamos partido.
Comimos en un restaurante bajo tupidos y altísimos árboles.
El grupo turístico seguía relacionándose animadamente (todos contra todos). Y nosotros, asombrosamente, también participábamos de ese inesperado y frívolo paroxismo social…

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Tonina (México)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD DELTA 400 (1600)
Referencia
9711

“A Pizarro la contemplación de la capital, con sus edificios de piedra, le llenaba de orgullo. Estaba conquistando su sueño, y este estaba a la altura de sus expectativas”. José Ángel Mañas