“El hombre ama la compañía, aunque sea la de una vela encendida”. Georg Chistoph Lichtenberg
LA CIUDAD MELANCÓLICA XIII (o donde habitan los dioses de la paz eterna). La barca se detuvo frente a las escalinatas donde al parecer, todas las tardes sin excepción, se celebraba una ceremonia de homenaje al río y a los dioses protectores. Nos quedamos bastante tiempo mirando desde la barca como se desarrollaba el rito, sin entender nada, aunque tuve la sensación de que no representaba nada nuevo porque todos los rituales se parecen. Bienintencionados quizá, pero mistificaciones siempre…
LA CIUDAD MELANCÓLICA VI (o donde habitan los dioses de la paz eterna). Fuimos bajando hasta la orilla misma. A derecha e izquierda se agolpaban las barcas, de todos los tamaños. Grupos numerosos de hombres sentados, aparentemente dejando pasar el tiempo, nada acuciados por ninguna actividad que se pudiera apreciar a simple vista. El paso del tiempo allí, en la ciudad de los dioses tranquilos, carecía de importancia… “La mariposa no cuenta meses sino momentos, y tiene tiempo suficiente”. Rabindranath Tagore.
LA CIUDAD MELANCÓLICA V (o donde habitan los dioses de la paz eterna). Al final del recorrido nos encontramos con el río, sagrado para esas gentes de fe inconmovible. En las amplias escalinatas, hasta la misma orilla, se agolpaban personas ocupadas en inexplicables tareas, bajo la lluvia. La rápida corriente del Ganges resbalaba por los escalones, casi superados por la crecida. Nos detuvimos en la parte alta a contemplar lo que sucedía más abajo, con el inmenso río al fondo. Impresionados por la grandiosidad de la corriente y por la atmósfera del lugar…