"...que empiece la inexistencia y que las serpientes dejen de llorar…". Antonio Gamoneda
FOTOALIEN. Hay fotos que están por encima de tu voluntad, son aliens que se instalan en tu cámara, viajan a tu laboratorio y se quedan a vivir contigo. Tu sólo has sido elegido como médium para traerlas a la luz. Esta es una de ellas.
«Yo envío contra vosotros serpientes venenosas,
contra las que no valen encantamientos,
os picarán mortalmente»
-oráculo del señor- Jeremías.
ADEMÁS DE ESTA. Titulada: Oveja muerta en Praga (que casualidad). Me pregunté qué hacer con el comunicado de la señora Komarkova, y no sé por qué me vino a la memoria Bartleby el escribiente, de Herman Melville. Me dije que la respuesta me la ofrecía esa magnífica novela y la frase recurrente del escribiente ante cualquier trabajo que le encomendaban: «preferiría no hacerlo». A mí tampoco me apetecía en absoluto ocuparme de la propuesta de Sarka, bastante había trabajado ya en el fastidioso tema. Así que les escribí:
«Estimada Sarka, A partir de tu correo del pasado 4, he reflexionado sobre lo que me comentas y he concluido que he perdido el deseo de publicar el portafolio que os propuse; así que, consecuentemente, preferiría no hacerlo.
Lamento que hayamos perdido el tiempo todos y os deseo el mejor futuro para vuestra sin duda interesante revista. Saludos,»
No tengo nada que reprochar a los gestores de PhotoArt, la revista es suya y publican lo que les da la gana, faltaría más. Lo único que lamenté es mi imprevisión y candidez (a estas alturas, encima). Esta anécdota puede remitir, a la siguiente pregunta ¿debe prevalecer el criterio del editor o la decisión del creador? La respuesta es tan sencilla que ni siquiera sería necesario enunciar la pregunta: -depende de la proyección e importancia pública de uno y de otro; siempre decide el más fuerte, esas son las reglas del juego-.
Y ESTA. Envié una selección de veinte fotografías (el número que me habían pedido), entre las que se encontraba ésta, titulada: Así es la noche, de la exposición FIN, y algunos apuntes sobre la odiosa muerte. Dos meses después recibí un correo pidiéndome autorización formal para la publicación en la revista; se la remití de inmediato, aunque me parecía muy extraño que todo fuera tan fácil… y claro, como no podía ser de otra forma, dos días después recibí otro correo que a continuación transcribo:
«Querido Pepe, sé que es un poco tarde, pero hemos estado mirando las fotos que nos has enviado (momias) otra vez, y a pesar de que son muy buenas, son también un poco mórbidas y monotemáticas espero que lo entiendas….No estoy segura que podamos publicar todo el portafolio- a lo mejor una o dos fotos. He estado mirando tu pagina web, y hay muchas otras fotos que son muy buenas. Serias tan amable de enviarnos mediante FTP 10 fotos mas(A4, 300dpi)- las mejores (paisajes, arquitectura, gente…)? Házmelo saber , si puedes, te pido disculpas por decírtelo con poca antelación, Un saludo.
Sarka Komarkova.
El hecho de proponerles una selección de un mismo trabajo fue para dar una cierta unidad temática al portafolio, cuestión que, curiosamente, no es fundamental para mí. Los que seguís este diario sabéis perfectamente que procuro no ponerme «monotemático»…
Praga. Bajando desde El Castillo hacia la Stare Mesto (ciudad vieja), divisamos a lo lejos una pared gris en la que se adivinaban formas misteriosas e imprecisas, secretos y fotografías; «pero seguro que no podemos acceder» (esos ataques de «optimismo» suelen ser normales en mí). Continuamos bajando y asomándonos cada vez que los edificios o muros de las calles nos permitían vislumbrar la pared. Me sentía inquieto, cuanto más no acercábamos más claro era que había que fotografiar. De pronto una puerta nos dio paso a unos jardines donde había edificios singulares y allí estaba, frente a nosotros, la pared, diáfana y espléndida, sin barreras para la mirada. La luz amigable, tiempo no mucho, aunque el suficiente para olvidarte de él. Me acerco, me alejo, cambio de objetivo y de filtro de vez en cuando. Es tiempo GOZOSO, lento y vertiginoso a la vez. El sol se demora para que todo salga bien.
CARTA FOTOGRÁFICA A MI AMIGO CARLOS, A PROPÓSITO DE SU VISITA A MI -HABITACIÓN DE RETRATAR-
Querido Carlos, ¿para qué esta carta? puedes preguntarte. No lo sé exactamente. Sólo porque sí, porque es mejor que exista, que ocupe un hueco a que éste quede vacío. Decidimos vernos un día para comer y yo aprovecharía para fotografiarte. Fue el trece de noviembre de dos mil ocho. Recordarás que llegaste a mi casa a las doce y media. Nos dimos un abrazo y de lo primero que hablamos fue del tiempo que llevábamos sin vernos. Después de unos momentos de confusión, concluimos que ya eran diez meses. Luego, de lo viejos que estábamos. Dimos una vuelta por la casa y te enseñé nuevas fotografías que no conocías. Comentamos sobre la conveniencia o no de copiar en el laboratorio y estuvimos de acuerdo en que tiene una importancia relativa, además de ser muy costoso, sobre todo en esfuerzo. Te llamaron la atención unas fotografías de Praga y comentaste que tenían un aire judío; tú siempre has sido muy sensible y receptivo a las religiones y culturas monoteístas. A mí me importan una mierda, así que procuré que habláramos de otras cosas…
Vuelvo al «misterio»: ¿es ésta una fotografía misteriosa, o tal vez lo es lo que aparece en ella? ¿es capaz la fotografía de transmitir la inquietud, el misterio (de verdad), la emoción y la belleza? Llevo años trabajando con ese propósito metido en la cabeza y todavía no he conseguido atisbar una respuesta. Supongo que algunas veces Sí (pocas), y en la mayoría de las ocasiones No. No obstante, no me rindo, sigo intentando saber; no es ningún mérito, sólo que no tengo nada mejor que hacer.