"Estoy buscando el puente que lleve de lo visible a lo invisible". Max Beckmann.
TODO EMPIEZA DE NUEVO…el problema es que, como dijo Antonio Porchia, «Ser es obligarse a ser. Y obligarse a ser es obligarse a ser. No es ser». Sí, toda actividad creativa, o que tenga que ver con la búsqueda de la belleza (entiéndase belleza como un valor propio e intransferible y, desde luego, absolutamente subjetivo), debería ser fluida y natural. Como un acto reflejo de la naturaleza propia. Si no, mal asunto. El caso es que la continuidad de mi actividad fotográfica debería estar motivada por el deseo, pero ahora, en estos días, deseos no me encuentro, ni fotográficos ni de otro orden. Acaricio algunas deshilvanadas ideas pero que no son suficientes para sacar la cámara a la calle…
DESCONEXIONES (de una Supuesta Realidad). Acabando ya el dichoso mes. Lo más curioso y pintoresco de mi asunto fotográfico es que materializo mi manía con instrumental y recursos del siglo XX, mientras que me acomodo por vía de hecho en la postfotografía. Por qué, pues muy sencillo, aprendí el ritual, la liturgia y el disfrute del lenguaje con la manipulación material de lo necesario para crear las fotografías. Si tuviera que renunciar a la actividad artesanal: el gesto técnico de la toma, la elección de película según qué tema y condiciones, la oscuridad del laboratorio y, sobre todo, el resultado aplazado, la incertidumbre de la espera hasta destapar la cubeta de revelado, dejaría de apetecerme fotografiar. Para que se entienda mejor: un gran amante de la sexualidad, del erotismo y del hecho físico de acariciar a otra persona, nunca podría conformarse con el sexo virtual, el porno digital o cualquier otro sucedáneo. Me coloca eso fuera del tiempo? No lo sé, quizá sí, del tiempo digital, pero no de la expresión fotográfica por mucho que hayan cambiado las cosas. En lo que estoy plenamente de acuerdo con el señor Fontcuberta es que las imágenes, por sí solas, tienen escaso valor si no se relacionan con otras, si no sirven para construir la propia percepción del mundo, como las palabras en un relato. En ese sentido sí vivo en la postfotografía y mi Mamiya RB67 solo es un detalle vintage, pero es que a mí me gusta mucho el vintage, yo ya soy un tipo vintage. Fin de la investigación sobre la Desconexión de una Supuesta Realidad del mes de Marzo. Quizá siga el mes que viene, o no.
TODO EMPIEZA DE NUEVO…sin que nada haya terminado del todo. Hay un momento de inflexión entre hoy y ayer: he dado por terminada la versión 1.4 de pepefuentes.com. Lo que me piden mis ganas, o mi falta de ellas, es dar por cerrado definitivamente todo lo fotográfico y vender el utillaje a un chatarrero, suponiendo que pueda interesarle todo este aparataje inservible. Pero, qué haría al día siguiente? Ese abismo me asusta. Hoy, la mera posibilidad, me parece insoportable. Sé de algunas personas que, para combatir el vértigo de no ser ya nada en el mundo de los vivos, se han dedicado a actividades sociales o caritativas, pero supongo que esos esperan una compensación más allá de la tumba, sí esa vieja y tonta y beatona idea de que Dios lo ve todo.
«- ¿Cómo es? -No sabría explicárselo. Hay que verlo para apreciarlo.» Rudyard Kipling.
Estuvimos dos horas moviéndonos de un lado a otro: avanzábamos con el coche, parábamos y seguíamos. El calor era insoportable, pero a mi me gusta fotografiar con calor. No era fácil interpretar la intensidad de luz, era engañosa, nunca había visto semejante fulgor. Le pedí a Ella que me fotografiara con la cámara pequeña, quería guardar mi imagen en aquel escenario, no me bastaba con lo que veía desde fuera; quería verme dentro.
«La trascendencia del arte es eso, la creación de un universo en nuestro infinito. Como Dios no podría hacerlo. Porque para él el mundo en bruto sólo es ese mundo en bruto, es decir, aquel que no puede ser otra cosa que lo que es. Pero el hombre lo hace ser otro». Vergílio Ferreira
EL LIBRO DE LA RISA. Perpleja. Mi cámara y yo, cada uno por su lado, buscando el sentido del paisaje.
…Pero también el aspecto intangible o metafísico de la interpretación de la realidad que tanto tiene que ver con el decodificador que se utilice y que en mi caso es artesanal, físico y lento. No es lo mismo enfrentarse al hecho fotográfico digital que artesanalmente. Este último es un proceso que se dilata en el tiempo, lo que propicia, tal vez, una mayor y mejor reflexión, a la vez que indagaciones más intimistas y penetrantes, quiero pensar (aunque eso no es garantía de nada, porque, la insustancialidad no se disipa en un «cuarto oscuro»). Bueno, esto último me lo estoy inventando un poco, porque no tengo constancia de que sea realmente así, sobre todo porque yo nunca he hecho fotografía digital y no sé en qué puede consistir. Para ayudar un poco a mis dudosos argumentos recurriré a un prestigioso y fiable artífice en el mundo de la imagen artística, Wim Wenders, que dice: Fotografía analógica: Es la foto de verdad, la que refleja la realidad. La que no se puede retocar. Tal vez pueda resultar un poco anacrónico, pero es la forma de ser fiel a los lugares»…