"Cualquier forma de nacionalismo me repugna...es una carroña sentimental". Juan Marsé
EL LIBRO DE LA RISA.
Ridícula. Las imágenes de confraternizaciones heroicas que ha generado la historia en aras de ideales comunes, futuros esplendorosos, amores infinitos, solidaridades inconmovibles y una larga lista de tonterías celestiales, creadas por memos siniestros, siempre me han parecido las expresiones más ridículas, falsas, retorcidas y manipuladoras.
«Durante muchos años, hasta el final del régimen comunista, en Rumania la gente se preguntaba si habría vida antes de la muerte.»
Antonio Lobo Antunes.
Triunfal. Hay algo qué celebrar al otro lado del muro?. Qué queda cuando se extingue el humo de los cañonazos y los gritos inocentes y confiados de los combatientes ? … -control, miseria, ceguera, frío y mentiras, inmensas montañas de despiadadas mentiras-
…»la victoria definitiva del socialismo está plena y absolutamente asegurada» Lenin
«Es natural que, desde el momento en que el socialismo ha triunfado en nuestro país total y definitivamente…» Kruschev
-no hubo solución para los perdedores, y los triunfales ganadores ya están enterrados sin honor. Los que aún viven, o están emboscados o son unos fantoches patéticos sin entrañas.
Cómo sabré que todo ha salido bien? Hay dos modos principales. Supongo que algunos más, pero ahora no sé cuales. Uno de orden estético (del que hablaré otro día), y el otro espiritual, o la sensación de que lo hecho tiene sentido y está profundamente relacionado con mi manera de ser, ver y estar. Que lo que hice fotográficamente hace treinta años está unido por un invisible hilo conductor con lo que hice anteayer. No, no es que quiera ser una piedra inalterable, sino que, independientemente de los avatares, momentos y circunstancias existenciales o preocupaciones estéticas, siempre he sentido la inquietud y necesidad de expresarme. Que esa necesidad, junto con dos o tres cuestiones más, las esenciales en mi vida, siempre ha permanecido conmigo. No creo haber perdido ninguna y he defendido furiosamente todas. Precisamente porque creo vivir con una cierta coherencia, y porque nunca he sido una piedra inalterable. Otra nueva serie: -fotografías de artista-
DIPTICO BELIGERANTE:
Hay una corriente pacifista (políticamente correcta) que suscribe todo el mundo (básicamente, yo también) y especialmente los teóricamente sensibles a la cultura humanista. Pero, el asunto de la guerra y de la paz merece alguna matización, sobre todo el simplista maniqueísmo que considera la guerra como intrínsicamente abominable, y la paz como situación mirífica, sin más. Me pregunto cómo personas cultas y reflexivas no incorporan a la «pureza» de su filosofía humanista dudas, variables o sencillamente reflexiones de más amplio espectro. Los hombres, desde la noche de los tiempos, han dirimido sus diferencias, frecuentemente, guerreando, porque suele ser necesario para poner límites al ansia de poder y crueldad de tantos y tantos regímenes dictatoriales e injustos que harían del mundo un lugar pavoroso; o es que a Hitler había que haberle depuesto con pancartas, demagogia pacifista, abrazos y flores? Y a Sadam, o a los talibanes? O a cualquier dictador asesino que sólo abandonará su omnímodo poder cuando le caigan las bombas en su enloquecida cabeza. Detesto que la gente muera estúpidamente por culpa de otros, siempre de otros. Pero lo que no soy es un memo con flores en el pelo (que ya ni siquiera tengo). Sin la coerción de las armas no hay paz posible, porque siempre habrá un desalmado que fastidiará la ingenua y culpable arcadia de los pacifistas (culpable, por ejemplo, porque no he oído a ningún pacifista alegrarse por el derrocamiento de Sadam Hussein que, voluntariamente, nunca habría abandonado su sanguinario poder).
«El autor da la opción al escritor de descartar dos de estos enunciados, y quedarse con los restantes diez». Augusto Monterroso
Yo no, no puedo prescindir de ninguno de los doce enunciados, luego lo mío, en vez de decálogo, sería un «dodecálogo» (e incluso más) supongo, que ni siquiera sé muy bien cómo se podría llamar.
pepe y las citas LVII. DECADENCIA:
«Una decadencia que no se comprende pierde su poesía en el ridículo». Emile Cioran
«La decadencia no es otra cosa que la incapacidad para seguir creando, en el círculo de valores que nos definen». Emile Cioran
«empieza el dulce ascenso
hacia la nada»
Juan Antonio Masoliver Ródenas
«Vivir es un simple medio para hacer. En la decadencia, pasa a ser un objetivo.Vivir así; ése es el secreto de la ruina». Emile Cioran
«Toda la vida sacando las mejores calificaciones, frecuentando las mejores universidades, participando en los más importantes congresos, colaborando en las mejores publicaciones, y ahora se pasa las tardes en el hostal Ocata jugando al domino. Y perdiendo». Juan Antonio Masoliver Ródenas