Entre el sudor y la nada, mejor el sudor…
Capítulo II.-…QUE, FRECUENTEMENTE, ME DIERON LA ESPALDA…pero eso carecía de importancia, porque lo esencial era que cada uno interpretáramos bien nuestro papel. Ellos a lo suyo: compartir y rozar sus carnes y su sudor y tal vez sus deseos, y yo a lo mío: enfocar mis viejas cámaras (quizá fui el único fotógrafo que tenía que hacerlo esa tarde, porque ahora eso ya no es necesario, según tengo entendido). Todo estaba bien así. Felices ellos, entretenido yo; aunque algo velado y entristecido sin causa. Mi estado de ánimo lo configura constantemente (como en todos, supongo), un conjunto de impulsos inestables e inciertos que casi siempre suelen sorprenderme por su imprevisibilidad. Quizá algún día les pondré un nombre a ver si así consigo controlarlos mejor. Naty, con sobrado acierto, un día lo nombró como: «Sméagol/Gollum» (por lo de la bipolaridad). Unos días toca el «bueno» y otros el «malo»…
No me resulta fácil situarme alegremente en mi relación con los demás. No poseo las habilidades sociales necesarias, que permiten disfrutar con frecuencia de momentos festivos mezclado con otras gentes. Mal asunto, porque como todo el mundo sabe: -dependemos de los otros para la dicha-. Como estoy convencido de que es así, lo intento de vez en cuando, pero sólo lo consigo algunas veces. Lo cierto es que, a pesar de ciertos inconvenientes que hay que arrostrar, sin tentativas no hay resultados. Sin los demás no hay risa, ni dicha, ni casi nada. Maldita sea (o no). Soy un modelo de contradicción. Me interesan las fotografías de gentes riendo. Tal vez, dichosos. Por eso esta serie se llama: -Teoría sobre la dicha-.
«Hay que ser dichosos. Nos debemos esto, aunque sólo sea por orgullo» Remy de Gourmont
Fatal 2
Rodeada de individuos con los torsos
desnudos,
duramente trabajados en gimnasios
penumbrosos,
esta mujer vocacional
parece satisfecha y segura de si misma,
aunque de gesto imperturbable
y hasta algo antipático.
Fotografíe sólo por automatismo,
luego,
me olvidé de ella,
y de su cara,
hasta el otro día,
que la necesité para
colocarla,
hoy,
aquí.
…con OTROS muy parecidos a ellos. Daba la impresión de que todos lo pasaban bien, que se sentían cómodos unos con otros. El que yo sea un tipo prácticamente negado para los supuestos placeres del gregarismo, no quiere decir que no reconozca que es una de las situaciones más felices y placenteras para el género humano… «Seguid, seguid así, tan descuidadamente,/atrayendo al amor, atrayendo al deseo…» Luís Cernuda