“...dos cosas bellas tiene el mundo: amor y muerte.”. Giacomo Leopardi
«Estos son los que se pasan en mutua compañía su vida entera y ni siquiera podrían decir qué desean unos de otros. A ninguno, en efecto, les parecería que ello era la unión en los placeres afrodisíacos y que precisamente esta es la causa de que se complazca el uno en la compañía del otro hasta tal extremo de solicitud. No; es otra cosa lo que quiere, según resulta evidente, el alma de cada uno, algo que no puede decir, pero que adivina confusamente y deja entender como en enigma…
…Así, si cuando están acostados en el mismo lecho se presentara junto a éste Hefesto con sus utensilios y les preguntase: «¿Qué es lo que queréis, hombres, que os suceda mutuamente?». Y si, al no saber ellos que responder, les volviese a preguntar: «¿Es acaso lo que deseáis el uniros mutuamente lo más que sea posible, de suerte que ni de noche ni de día os separéis el uno del otro?. Si es eso lo que deseáis, estoy dispuesto a fundiros y a amalgamaros en un mismo ser, de forma que, siendo dos, quedéis convertidos en uno solo y que mientras dure vuestra vida, viváis en común como si fuerais un solo ser, y una vez que acabe esta, allí también, en el Hades, en vez de ser dos seáis uno solo, muertos ambos en común». Platón
Dos días después. Un amigo vino a la ciudad (no nos vimos, me lo dijo por correo) y buscó a Dios, pero, al parecer, no lo encontró. Si me hubiera avisado de su propósito, como yo había estado hacía poco deambulando por las calles, le habría dicho que no, que no estaba, ni siquiera en la -capillita móvil-, que pasó muy cerca de mí. De todas formas, y al parecer, el habitante del artilugio era en el que creen los católicos, que sólo es uno de los cientos a los que han adorado, adoran y adorarán los humanos a lo largo de su existencia en este planeta. Mi amigo y yo somos partidarios de otro, uno en el que quizá no creamos del todo, aunque existe, seguro, y que no es otro que el Imposible. Algún otro día me entretendré un rato en escribir sobre ese Otro Ser Sobrenatural que habita en nuestra necesaria y desesperada quimera. Los iniciados en el culto del Imposible somos valientes, porque sabemos que no obtendremos nada de él, salvo lo que nos pueda inspirar. Los otros, los creyentes en los dioses oficiales, están más protegidos con las certezas de su Fe, siempre convenientes para enjugar sus lágrimas. Pero ellos, los consolados, no saben que se pierden la excitación de avanzar, trémulos y emocionados, hacia el reino de la Nada que nos ofrece fatídicamente el Imposible.
Más de Dublinesca: «Nunca nadie pudo aportar pruebas de que los difuntos no puedan vernos». Enrique Vila Matas
ASPECTOS EXISTENCIALES (porque sí)
no tengo religión, ni siquiera una
filosofía decente
y no soy
estúpido: sé que la muerte acabará por
llegar
pero ni siquiera eso lo considero
un factor negativo…Charles Bukowski
MÁS… (también porque sí)
Nacer, copular y morir
Eso es todo, eso es todo, eso es todo, eso es todo
Nacer, copular y morir…
Nacer, copular y morir
Esa es toda la realidad a la hora de la verdad:
nacer, copular y morir. T.S. Eliot
O quizá sea porque hoy cumplo años y todavía lo noto…